Después de vivir unidas por su abdomen y compartir órganos vitales por más de dos años, las siamesas Erika y Eva Sandoval tendrán el próximo 6 de diciembre la oportunidad de comenzar a crecer separadas después de una operación en un hospital del norte de California (EE UU).
"Yo sueño con verlas correteando por toda la casa cada una por su lado. Ellas han logrado superar todos los diagnósticos que no les daban ni un día de vida y yo sé que podrán lograrlo", dijo Aida Sandoval, madre de las niñas, de origen mexicano.
Las menores, que nacieron unidas por la parte baja del pecho y el abdomen y comparten el hígado, la vejiga y una pierna, tienen un 70% de posibilidades de sobrevivir, según los médicos.
Cerca de una cincuentena de doctores y personal médico especializado intervendrán en la cirugía, que durará alrededor de 16 horas y se realizará en el Hospital de Niños Lucile Packard de Palo Alto, California.
Uno de los mayores riesgos es una posible hemorragia al dividir el hígado. Eva, la bebé de mayor tamaño, podría quedarse con la pierna que comparte con Erika, pero los médicos advierten de que incluso esta extremidad podría tener que ser amputada.
Tras la cirugía, las gemelas tendrán que someterse a una serie de operaciones reconstructivas y tratamientos.
Según el Centro Médico de la Universidad de Maryland, uno de cada 200.000 embarazos podrían ser de siameses. En el 50% de los casos los gemelos nacen muertos y el 35% tan solo sobrevive un día.
Pese a las estadísticas, y la advertencia de los médicos sobre el riesgo que también corría la vida de Aida, la familia hispana decidió arriesgar todo por sus hijas.
Por siete meses, las pequeñas vivieron en el Hospital de Niños Lucile Packard, que forma parte de la prestigiosa Universidad de Stanford.
"En ese momento vino otra prueba: las mandaron para un lugar de niños desahuciados, donde van a morir, y yo dije 'No, yo me las llevo para la casa'", relató Aida.
El cuidado de Eva y Erika ha recaído en la madre, mientras Arturo tiene que trabajar para pagar el seguro médico que le ha ayudado a cubrir parte del tratamiento.
Las pequeñas entienden inglés, español e incluso aprendieron lenguaje de signos. Juegan a la pelota, les encantan que les lean cuentos, gatean por el piso de la casa y, como todo pequeño de dos años, no se quedan quietas.
Por esta razón, la familia Sandoval ha presionado para que la cirugía de separación se lleve a cabo antes que las niñas sigan creciendo.
Tratamiento
Desde septiembre pasado, Eva y Erika están sometidas a un tratamiento para extender y hacer crecer la piel que necesitarán para cubrir las áreas que queden al descubierto cuando sean separadas.
La familia ya está a punto de quedarse sin fondos, por lo que han pedido donaciones a través de la plataforma Youcaring.com en el apartado Sandoval Twins Medical Donation.
"Mis hijas le han probado a todos los doctores que sí pueden y lo van a seguir haciendo, yo tengo fe", sentenció Aida Sandoval.
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