El 50% de los residentes de la Fuensanta fue víctima de la riada, y se sienten ignorados

  • El barrio se creó tras la catástrofe.
  • Desde entonces, denuncian, nadie se ha acordado de ellos.

«Desde la riada de 1957 y el posterior realojo aquí en la Fuensanta, nadie se ha interesado por nosotros».

Este es el testimonio de Vicente Peris, de 77 años. Como él, cientos de damnificados que se quedaron sin casa fueron realojados en los edificios que se construyeron en el barrio de la Fuensanta.

La mayoría de las 1.656 viviendas que se hicieron en Valencia se levantaron allí y su precio medio fue de 82.388 pesetas de entonces: «de lo que no se han olvidado es de cobrarnos hasta la última cuota. Se pagaban de 300 a 350 pesetas al mes», asegura Vicente.

Exposiciones, charlas, monolitos... son muchos los actos organizados para conmemorar el 50 aniversario de la riada (el 14 de octubre). Sin embargo, tanto Vicente como el resto de realojados han echado en falta alguno en la Fuensanta. Según dice, «estamos tan abandonados como el barrio».

Calles con historia

Y es que, darse una vuelta por allí y charlar con los supervivientes es descubrir un montón de curiosidades: la mayoría de calles (Habana, Colonia Española de México, plaza de Murcia) son de las localidades que más ayudaron. Por ejemplo, la calle Lucrecia Bori se dedicó a ésta cantante por su aportación. El barrio recibe el nombre de la patrona de Murcia, por la solidaridad mostrada por la Región.

Entre los realojados, nadie olvida que tal día como ayer, 6.000 metros cúbicos de agua por segundo tomaron la ciudad y acabaron con sus casas y con 81 vidas.

TESTIMONIOS

José García - Jubilado, 81 años.

«Vivía en Gobernador Viejo, en una planta baja. Al avisarnos de lo que venía, pudimos subir al segundo piso, pero lo perdimos todo. Luego nos acogió un tío hasta que en 1959 nos concedieron un piso en la calle Escultor Salcillo (Fuensanta)».

Juan Rodríguez - Jubilado, 60 años.

«Vivía con mis padres en una caseta en la calle Alberique. Vino la policía a avisarnos de la riada y nos refugiamos en un taller. Luego vivimos en el colegio Misericordia porque nuestra casa quedó deshecha, hasta que nos dieron el piso en Fuensanta».

José Piquera - Jubilado, 79 años.

«Me alojaba en unas casitas junto al puente de San José. Esa noche me iba al cine, pero por suerte al final me quedé. Cuando se desbordó el río, pudimos trepar hasta un segundo piso con ayuda de la policía que recató a un niño que había en el bajo. Allí, el agua llegaba por el cuello».

Mostrar comentarios

Códigos Descuento