En este sentido, los empleados consideran que el futuro de sus puestos de trabajo está "en peligro" tras dicha decisión, después de que estaban "un poco tranquilos", dado que habían firmado "un convenio por cinco años con la empresa y este año la producción va a aumentar un 50%", pese a las circunstancias de "crisis" y la situación del mercado.

De este modo, aseguran que el próximo año no saben cómo estarán, a lo que añaden que si se considera que la valorización de residuos es "peligrosa" en la ubicación actual, "también es peligrosa en la Campiña y en cualquier lado", y apostillan que cumplen "todos los requisitos" fijados por la Unión Europea (UE).

Al respecto, el presidente del comité de empresa, Delfín Fernández, ya ha manifestado que "esto puede suponer el cierre de la planta, que la empresa decida desinvertir su dinero y llevárselo a otro punto", motivo por el que expresó "la preocupación" de los trabajadores.