Se trata de uno de los poemas más antiguos de Ramon Llull, que muestra la cara más humana de la Virgen María a través del dolor de una madre que ve como su hijo sufre en el camino hacia la muerte.
El espectáculo, que ya se pudo ver el pasado mes de marzo en la iglesia de la Sangre, organizado por el Obispado de Mallorca y la Fundación Amigos del Patrimonio, cuenta con el apoyo de la Dirección Insular de Patrimonio del Consell y llega ahora en un escenario muy especial.
Los asistentes podrán disfrutar de la lectura dramatizada del texto a través de una propuesta escénica dirigida e interpretada por Lina Mira, con música original en directo de Jaume Compte y la colaboración de Edu Biurrun, como director de fotografía, y Belén Iniesta, como videoartista.
Es una propuesta en la que han decidido interactuar con sus disciplinas artísticas para crear este montaje, de 50 minutos de duración, que quiere transportar a los espectadores, a través de un viaje sensorial, hacia su interior.
Según la directora insular de Patrimonio, Kika Coll, "esta iniciativa tiene mucho que ver con el patrimonio inmaterial que tenemos tan olvidado y en la recuperación del cual el Consell de Mallorca se ha involucrado especialmente".
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