«Las mujeres antes escondían mucho el culete y ahora lo sacan a pasear». La moda del talle bajo, el pantalón caído, enseñar el tanga o los calzoncillos tiene parte de culpa, según el doctor Javier Mato Ansorena, cirujano plástico de la Clínica de la Luz en Madrid.

En su consulta sevillana, las operaciones de aumento de glúteos se han duplicado en los tres últimos años. De las 300.000 intervenciones de cirugía estética que se realizan al año en España, el 10% de los pacientes demandan tener un trasero perfecto. Ellas más que ellos, aunque el número de hombres está creciendo.

«Operamos a homosexuales, heterosexuales y metrosexuales. El culete es muy sensual.

No preocupa tanto a los más jóvenes como a las personas que ya han tenido su experiencia sexual», dice.

Los que pasan por el quirófano tienen entre 25 y 35 años y muy pocos se han retocado antes otra parte del cuerpo.

Ellas solicitan glúteos firmes, redondos y con mayor volumen, mientras que ellos,  atléticos y respingones.

Por culturas también hay  diferentes ideales. Las hispánicas prefieren nalgas bastante rellenas; las afroamericanas, voluptuosas; y las asiáticas, proporcionadas.

7.000 euros por el trasero perfecto

Existen dos tipos de operaciones para conseguir un culo diez. Las prótesis de silicona que se utilizan en personas delgadas y cuesta unos 7.000 euros y el aumento de glúteos mediante grasa que se extrae del abdomen o las piernas del paciente y se aplica en las nalgas. Así, en las personas con sobrepeso, «logramos una remodelación corporal más completa», dice Mata. Esta intervención, que puede durar cuatro horas, es más compleja y cara.