El popular rey del terror, Stephen King, se atreve con lo policíaco

  • El autor de 'Carrie' publica la segunda entrega de 'The Hodges Trilogy'.
  • Continúa así con la apuesta por la novela negra que inició con 'Mr Mercedes'.
  • La televisión está preparando una miniserie con estas obras.
Ilustración de Sthepen King.
Ilustración de Sthepen King.
CARLOS RIVAHERRERA
Ilustración de Sthepen King.

Hace dos años que el escritor que ha dado algunas de las más llamativas películas de terror al cine (no en vano fue tal arte su principal musa), mejores en muchos casos que sus obras, Stephen King (Maine, 1947) se la jugó cambiando para probar fortuna con el género negro.

De la jugada nació la novela policíaca Mr Mercedes, la primera de la trilogía ya trazada por el autor de Misery protagonizada por el detective Bill Hodges, que da título a la serie The Hodges Trilogy, y que ya tiene su tercera parte, aunque inédita, The Suicide Prince.

En medio, la novedad, la segunda entrega, de título tan claro como poco habitual en la vida real: Quien pierde paga (Plaza & Janés).

Una aterradora venganza de un lector obsesionado con un escritor (sí, es más que 'olor' a Misery) sostiene la trama. El lector psicópata no le perdona que haya dejado la literatura. Es en los momentos de actuación del vengador cuando este autor, que ha usado los seudónimos Richard Bachman y John Swithen, saca esa escritura que hace que no olvidemos que de él salieron Carrie, La Cúpula, El resplandor o Los chicos del maíz.

Escritor prolífico y justo lo contrario como persona, no le gusta ser reconocido ni salir de su país, reconoce avergonzarse de no saber más idiomas que inglés.

Intenta, al menos cuando habla en público, mostrar humildad: "Prefiero un perfil bajo. Yo vivo en Maine, en un pueblo pequeño donde soy uno más".

Dice no querer muchas ceremonias a su alrededor y lograr el complicado arte de pasar inadvertido tras haber vendido millones de libros. Millonario empeñado en dejar claro que lo que le importa es mantener a su familia y dedicarse a lo suyo. Y lo 'suyo' es lo mismo desde que era niño, porque King responde al patrón: es de los que nacieron para contar historias. Historias, así lo explica él, con un único fin: entretener.

Y a ello se agarra para no perder la perspectiva, porque, como ha admitido,"nunca aprendí a ser rico, no dan clases para eso, y no crecí con dinero".

Añade una verdad irrebatible: "Puedes volverte vulgar y comprarte un enorme Cadillac, trajes de tres piezas a medida y zapatos caros. Pero yo crecí en una comunidad yanqui donde la ostentación no estaba bien vista. Luego me casé con una mujer muy pegada a la tierra que se habría reído si yo hubiera vuelto a casa con un abrigo de pelo de camello".

Conoce de primera mano la falta de dinero desde que a los dos años su padre los abandonara y su madre apenas lograra sacarlos delante. Dificultades que le acompañaron durante su juventud, cuando estudiaba en la Universidad de Maine y que le habían llevado antes, en el colegio, a vender sus cuentos a los compañeros. Fue en la biblioteca de la Universidad donde conoció a su esposa, la escritora Tabitha King. El escritor para pagar sus estudios llegó a trabajar en una lavandería, que le sirvió para escribir La trituradora y Carretera maldita.

Después de terminar la licenciatura en arte en inglés y obtener un certificado para poder enseñar en secundaria, King enseñó inglés en Hampden Academy (Hampden) y no tuvo más remedio que vivir con su familia en un remolque.

No desistió, y ni el alcohol ni las drogas pudieron con aquello para lo que había crecido. Hoy, 2016, aquí sigue, siendo el rey del terror y apostando por un nuevo género, que guste más o acierte menos, ya tiene conquistadas las puertas de la televisión, pues ya están haciendo la correspondiente serie.

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