Los padres de Javier Joyanes, joven muerto en La Calahorra, satisfechos con la reapertura del caso

  • Los padres de Javier Joyanes, el joven jiennense que apareció muerto en La Calahorra (Granada) tras asistir a una boda hace ya ocho años, han mostrado su satisfacción por la decisión de la Audiencia de Granada de ordenar la reapertura del caso y que se tome declaración a la persona que en su día les envió un mensaje diciendo que la muerte de su hijo no había sido un accidente.

Maximiano Joyanes ha dicho a Europa Press que, "pese al intenso dolor que sentimos", la decisión de la Audiencia de Granada ordenando la reapertura del caso tras cuatro intentos de archivo por parte del juzgado de Guadix que instruye el caso es "un paso muy importante".

"Lo único que queremos es que se llegue hasta el final, que se empiece de cero y se reconozca que las cosas se han hecho mal", ha indicado el padre del joven que ha asegurado que tras ocho años de lucha "más que cansancio lo que sentimos es mucho dolor, es como si sobre una herida abierta estuvieran echando ácido".

Se ha mostrado confiado en que el testigo que será llamado a declarar pueda arrojar alguna luz sobre lo ocurrido aquella noche. Han sido los padres los que han realizado todas las gestiones para localizar a esta persona para que pueda ser llamada a declarar.

"Lo estamos haciendo todo nosotros, no entiendo dónde están y qué están haciendo las personas que se supone que tendrían que hacerlo. Hasta que pasó lo de mi hijo yo era una persona que creía en las fuerzas de seguridad y en la justicia", ha manifestado este padre que reitera que "todo es muy cruel y doloroso".

Peso a ello, Maximiano Joyanes ha apuntado que no van a parar y que seguirán "hasta el final" porque están convencidos que "lo que le ocurrió a mi hijo no fue un accidente".

Son ya "ocho largos años" en los que "se guardan en los cajones informes de peritos prestigiosos de este país en los que se demuestra que las innumerables heridas que presentaba Javier no fueron producidas por una caída, que nunca nos han demostrado, sino por un atropello preparado y llevado a cabo para quitarte la vida", ha relatado el padre.

Los padres de Javier reclaman el poder realizar una segunda autopsia con la que demostrar que las heridas no fueron fruto de una caída sino de un atropello y sobre todo "ir hasta el final de la investigación".

Eran las 4,46 horas del domingo 7 de septiembre de 2008 cuando Maribel Castilla habló por última vez con su hijo Javier. El joven, de 27 años y vecino de La Guardia (Jaén), había ido a la boda de un amigo a La Calahorra. Doce horas después de esta conversación telefónica con su madre, su cadáver fue encontrado en el campo, en una rambla a los pies de un terraplén de cinco metros de altura.

La versión oficial es que Javier se cayó y murió desangrado. Sin embargo, sus padres discrepan de esta versión y han reunido multitud de pruebas, testimonios e informes que contradicen la versión oficial.

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