"Hago las canciones desde la intuición y digo lo que me sale"

Macaco, la banda que Dani Carbonell -el Mono Loco- formó en 1997, se ha convertido en una de las bandas claves del circuito mestizo musical español. La mezcla de sus ritmos ya ha recorrido medio mundo. Mañana, a las 22 horas, es el turno de Lugo. La plaza de Ramón Ferreiro acogerá los sonidos de Macaco y de su último disco Ingravitto.

Asegura que vive como en el circo. Siempre de un sitio para otro y entre Madrid y Barcelona. En el momento de la entrevista está un tren hacia Córdoba. Mañana le toca el camino hacia el norte para tocar en Lugo. Con buen humor, salvando los problemas de la cobertura, responde a nuestras preguntas.

¿Por qué el nombre de Macaco?

De pequeño mi madre me llamaba Mico, que también quiere decir mono, porque era inquieto y me gustaba subirme a los sitios. Además, cuando tocaba en las Ramblas con un amigo africano, Chumo, hacíamos mímica como si fuéramos monos. Y me rebautizaron.

Suele haber compromiso en tu música, ¿crees que la música juega un papel social?

En mi música hay un abanico muy grande en las letras, no sólo compromiso. Hay canciones de amor, de situaciones, de momentos de la vida... Hago las canciones desde la intuición y digo lo que me sale.

No soy político ni un gurú; ante todo soy un músico. Soy un aprendiz de vida, no soy un sabio.

Defines tu música como música de raíz y antenas, ¿por qué?

Me pusieron un poco de todo, muchas etiquetas y para eso la defino yo. Música de raíz porque hago rumba catalana, latina y reagge. Y de antenas le llamo a la música electrónica y a los scratchs, los bombos, las cajas... La canción es el equilibrio.

Y, ¿qué piensas del top manta?

Es una putada. Si el dinero por lo menos fuera para los africanos que los venden y no para las bandas... La verdad es que yo no gano ni un duro de los discos. Sólo lo suficiente para cubrir los gastos del siguiente. Por eso animo a la gente que puede a que los compre.

¿Por qué este disco acerco más a Macaco al público?

Creo que lo importante es tener buenos cimientos. Llevamos muchos años recorriendo el mundo siguiendo una filosofía que tengo tatuada en el alma que es que menos es más. Me gusta hacer cosas sencillas, no barrocas, para no tapar la esencia de una buena canción. Y lo que pasó con este disco es que conectó más con la gente.

Ya tocaste en varios sitios de Galicia este verano, ¿cómo responde el público gallego?

De manera increíble. La gente aguanta de manera brutal y se vuelve loca. Reaccionan súper bien.

Ahora que vienes a Lugo, el plato típico del San Froilán es el pulpo. ¿Te gusta?

Me encanta. Soy mucho de mar. Así que cuando llegue me lo voy a comer todo.

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