Según señala la sentencia, dictada tras conformidad de las partes, los hechos tuvieron lugar el 19 de mayo del pasado año, cuando un buque de la Armada próximo a la isla de Alborán detectó una embarcación "sospechosa", por lo que, al acercarse a ella, ésta "aumentó su velocidad" tratando de alejarse del navío.

Así, según recoge el fallo consultado por Europa Press, se inició una persecución al tiempo que el barco de la Armada "dirigía avisos acústicos y luminosos" para que la embarcación se detuviera y poder así identificar a sus ocupantes.

En el curso de la huida, los tripulantes "comenzaron a arrojar bultos al mar" al tiempo que se alejaba debido a que "estaba provista de potentes motores". Así, desde el buque se solicitó apoyo al Centro de Coordinación de Vigilancia Marítima al tiempo que procedían a recoger los seis fardos de arpillera que se habían tirado al agua.

Con esto, la aeronave 'Cuco 501' de la Guardia Civil pudo ofrecer la posición exacta de la embarcación a la patrullera 'Río Almanzora', que procedió a la interceptación del barco sospechoso a unas 40 millas náuticas de la costa española, en aguas internacionales, y a la detención de los tres sospechosos.

Los tripulantes habían arrojado al mar varios fardos de resina de cannabis con un peso neto de 183,3 kilos y un valor en el mercado ilícito superior al millón de euros. Los acusados reconocieron que trataba de introducir la sustancia en España para su venta a terceros cuando fueron sorprendidos.

En este sentido, también se les ha condenado al pago de una multa de 3,5 millones de euros al tiempo que se ha ordenado el decomiso de la embarcación empleada.