Tribunales.- La Audiencia retira del veredicto la prisión permanente revisable para el asesino del vicario

  • El magistrado-presidente del jurado popular que enjuicia a José Eugenio Alcarazo por el asesinato a cuchilladas el día 16 de julio de 2015 del vicario parroquial de San Isidoro, Antonio Carlos Martínez Pérez, ha retirado del objeto del veredicto sobre el que deben pronunciarse los miembros del jurado la petición de prisión permanente revisable planteada por la acusación particular.

En el objeto del veredicto, consultado por Europa Press, el magistrado-presidente no pregunta a los miembros del jurado popular por la petición de prisión permanente revisable planteada por la abogada Inmaculada Torres -lo que se producía en Sevilla por primera vez desde su introducción en el Código Penal-, que ejerce la acusación particular en nombre de la familia del vicario y que ha formulado su protesta ante la decisión del magistrado.

La letrada de la acusación particular, en su alegato previo al inicio del juicio, ya explicó que en esta "brutal" agresión no concurre ninguna circunstancia atenuante -el acusado "sabía lo que hacía e hizo lo que quería"- y aplicó además la agravante de abuso de superioridad dada la "especial vulnerabilidad" de la víctima, que tenía 75 años y era "una persona anciana y enferma".

En el objeto del veredicto, el magistrado-presidente plantea al jurado que los hechos tuvieron lugar sobre las 20,00 horas del 16 de julio de 2015, cuando el acusado "abordó" a la víctima cuando ésta entraba en el portal de su casa y, "con ánimo de acabar con su vida", le asestó un total de nueve cuchilladas, varias de las cuales penetraron en el tórax y abdomen del agredido, "y una en concreto le alcanzó el corazón".

Al hilo de ello, los miembros del jurado deberán pronunciarse sobre si el acusado "se aseguró la realización de su propósito mortal y evitó cualquier posibilidad de huida o defensa efectiva de la víctima, al atacarla de forma súbita y sorpresiva con un arma blanca, estando el señor Martínez desarmado y desprevenido, y así el agresor se acercó a él desde atrás en el reducido espacio del portal, le tocó en el hombro o llamó de otro modo su atención para que se volviera y cuando lo hizo comenzó de inmediato a apuñalarle, a sabiendas de que en esas condiciones el atacado no tenía ninguna posibilidad de salvarse".

De igual modo, el jurado tendrá que decidir sobre si "al atacar" a la víctima "era consciente de que su acción se veía muy favorecida por la utilización de un arma blanca frente a una persona desarmada y por la desproporción entre su edad y fuerza física y las de su víctima, aunque ello no habría impedido a esta toda posibilidad real de huida o defensa".

Por último, el jurado deberá pronunciarse sobre si el acusado sufría un trastorno de adaptación que le llevó a realizar los hechos "en un episodio de anulación total de la capacidad de control de sus actos", si dicho trastorno le provocó una alteración "muy importante" de dicha capacidad de control, o si le provocó una "disminución ligera o moderada" de esa capacidad.

Para finalizar, los miembros del jurado, que ya se han retirado a deliberar, deberán responder a la pregunta de si "considera al acusado culpable de haber dado muerte intencionadamente a Carlos Martínez Pérez, haciéndolo de tal manera que se aseguraba conscientemente de producir el resultado mortal y de impedir cualquier posibilidad de defensa por parte de la víctima".

La Fiscalía de Sevilla ha pedido 20 años de cárcel para José Eugenio Alcarazo por un delito de asesinato con la atenuante de enajenación mental, mientras que la acusación particular ha solicitado la prisión permanente revisable y la letrada del imputado, Encarnación Molino, la libre absolución de su patrocinado al entender que concurre la eximente completa de alteración psíquica.

CONFESIÓN POR WHATSAPP

En la primera jornada del juicio, el acusado reconoció haber cometido el crimen y aseveró que está "totalmente arrepentido" por ello, ya que "nadie es dueño de la vida de nadie, y yo menos", añadiendo que lo único que recuerda del momento de los hechos "es la cara" de la víctima, que tenía 75 años de edad y era tío de su mujer.

De su lado, la esposa de José Eugenio Alcarazo desveló que el acusado le confesó el crimen mediante un archivo de audio por Whatsapp donde le decía 'cógelo (el teléfono) que te interesa, tu tío se está desangrando en el portal eh'.

Asimismo, dos médicos forenses de Psiquiatría del Instituto de Medicina Legal de Sevilla (IML) que examinaron a José Eugenio Alcarazo aseguraron aunque, el encausado sufría un trastorno de adaptación, sabía lo que estaba haciendo en el momento de los hechos.

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