Según un comunicado de este domingo, los agentes recibieron un aviso el jueves 29 de septiembre alertando de que en El Catllar (Tarragona) había un coche sospechoso que podía pertenecer a un cazador furtivo, por lo que una patrulla se desplazó a la zona y descubrió una red japonesa -elemento de caza prohibido- en el que había dos petirrojos atrapados, uno de ellos muerto.
Los agentes liberaron a los pájaros del tramado y llevaron al ejemplar vivo a un centro veterinario de Reus (Tarragona), donde murió por asfixia.
Ante estos hechos, se inició una investigación que permitió localizar a un hombre, de 24 años y nacionalidad española, a quien se le acusa de cazar especies protegidas con este tipo de red, que no discrimina por tamaño.
El investigado ha declarado este martes en la comisaría de Tarragona y pasará próximamente a disposición judicial.
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