Poco ha durado la apuesta del Ayuntamiento para ubicar el botellón en el polígono industrial de Chinales. El delegado municipal de Presidencia, José Antonio Cabanillas, hizo ayer suya la frase de “donde dije digo, digo Diego” al descartar finalmente el enclave empresarial como zona de encuentro de los jóvenes para las noches del fin de semana, a pesar de que hace siete días este mismo edil casi lo dio por cerrado.

La oposición frontal de los empresarios del polígono ha sido motivo suficiente para que el Consistorio de marcha atrás en sus pretensiones iniciales. Cabanillas, tras reunirse con los industriales para tratar este asunto, indica que “el Ayuntamiento siempre ha consensuado este tipo de decisiones con las partes afectadas y, ante la negativa de los empresarios, hemos optado por descartar Chinales para este fin”.

El de ETEA no funciona

De este modo, se mantienen El Arenal y los aparcamientos de ETEA como únicas zonas permitidas para la práctica del botellón. Sin embargo el propio gobierno municipal reconoció hace unos días que los aledaños de la citada facultad no habían conseguido tener el éxito esperado entre la población juvenil.

Multas de hasta 300 euros

Los jóvenes que practican el botellón fuera de las zonas aprobadas por el Ayuntamiento corren el riesgo de tener que rascarse el bolsillo. La ley establece multas de hasta 300 euros para aquellas personas que consuman bebidas alcohólicas fuera de los botellódromos. Sin embargo, muchos jóvenes no se han asustado ante esta normativa y llevan varios meses reuniéndose las noches del fin de semana en Chinales, lugar donde hay varias discotecas,