Y es que a través de las calles Italia, Alemania y Portugal, pintores Lorenzo Casanova y Aparicio o Marinero Churruca, todas en la periferia de la estación central de autobuses, se concentra una de las ofertas más vivas e interesantes, con muy escasa obra nueva, pero repleta de oportunidades entre la abundante clientela de la segunda mano.

Los pisos no son baratos, pero tampoco se desbocan en el precio si atendemos a sus excelentes medidas y cualidades, además de a su orientación y latitud.

Procedentes en su gran mayoría de los años sesenta, ya que el antiguo plantel de viviendas sucumbió por completo en este término que antaño alojó fraguas y almacenes de madera, las casas rondan los 100 m2 y están en buenas condiciones, según los promotores.

No obstante, numerosos hogares superan ampliamente este tamaño y han ido reformándose en el tiempo, al compás de las nuevas necesidades, para vivir más confortablemente. Lo que permite optar a una casa ya revalorizada, más humana.

Espaciosos y grandes

Como ejemplo, un botón. El de viviendas espaciosas y exteriores que se pueden negociar a partir de 150.000 euros. Aunque ya un poco más abajo, en dirección al mar, cerca de la plaza Galicia y de la calle Orense, los apartamentos, de lujo, se estiran en dimensiones hasta 140 m2, igual que los costes, que en este caso ya se remontan a los 250.000 euros, importe básico.

Las principales franquicias inmobiliarias abren despacho en las arterias del término, a escasos metros de la estación de viajeros, con una oferta renovada en todo momento. Si no quiere complicarse, lo mejor es dejar su teléfono y ya le informarán.

Pendiente de un centro de salud

Con galería de abastos y densa trama comercial, el mayor problema del distrito es la ausencia de colegios y la falta de un centro de salud, que reclaman los vecinos, ya que el más inmediato está en la calle Gerona, fuera del barrio. En proyecto ya firme figura que la zona de andenes de la estación de autobuses se reconvierta, tras el soterramiento de la de trenes, en una plaza de 8.000 m2, de las más extensas de la metrópoli, con árboles, bancos y una imponente fuente central, que vivificará la zona. El inmueble que ocupan los despachos de billetes se reconvertirá, a su vez, en centro social y biblioteca juvenil. Los bomberos también saldrán del barrio, para abrir paso a un polideportivo.