Juan de Dios Jurado nació en Jaén hace 26 años. Atleta de élite especializado en la disciplina de medio fondo de 800 metros, este joven asegura que después de haber pasado por grandes ciudades como Goteborg (Suecia) o Liverpool (Inglaterra), Jaén le sigue pareciendo un rincón especial para vivir, con sus defectos y sus virtudes.
Detrás de quedar quinto en el Mundial de pista cubierta en Moscú, o tercero en el europeo, entre los cuantiosos logros destacados por el mediofondista, sobre todo en 2006 (sin duda su mejor año); Juan de Dios es el mismo chico extrovertido y amigo de sus amigos que no olvida la ciudad que le ha visto crecer no sólo como deportista, sino como persona.

Para Jurado, Jaén es una tierra sencilla, ideal para vivir con la tranquilidad que brinda un pueblo grande, sin embargo considera que el atraso económico, y todas las consecuencias que le supone, son las asignaturas pendientes de una provincia que aun no tiene el merecido respeto desde el exterior.

Con diez años, el joven atleta se traslada al pueblo del que son sus padres, Mancha Real. Rodeado de la Sierra Mágina, una de las joyas de la provincia del olivar, Juan de Dios, destaca que el lugar que elegiría para perderse en Jaén, sería la Peña del Águila, un paraje natural situado en plena Sierra, donde solía ir de excursión con sus amigos y familiares. "Este lugar es idóneo para desconectar y disfrutar de sus vistas donde se puede observar el valle del Guadalquivir", asegura.

En cuanto a los jiennenses, Juan de Dios, opina que, aunque al conjunto de la ciudadanía le falta algo de ambición, es cierto que el que nace en la ciudad del Santo Rostro, la valora de verdad.

El mediofondista formado en el Club de Atletismo Caja de Jaén y fichado por el Adidas en este año, asegura que Jaén aun está a años luz en instalaciones deportivas en general, no sólo en lo que a pistas de atletismo se refiere. Pero valora la constancia que tienen los jiennenses a la hora de practicar deporte: "Aunque Jaén, como el conjunto de Andalucía, no se puedan comparar con la cultura deportiva que gozan comunidades como el País Vasco o Cataluña, sí es cierto que el que se compromete a ir a jugar su partido de fútbol los domingos lo hace con ilusión y empeño", opina el joven atleta.