En declaraciones recogidas por Europa Press, el regidor vallisoletano ha apuntado que han sido algunas de las empresas que tenían interés en comprar la planta de Lauki quienes le han manifestado que "todo ha sido un teatro", pues Lactalis no ha tenido "voluntad de llegar a un acuerdo".

En su opinión, la multinacional francesa quiere "la cuadratura del círculo", un "milagro", consistente en poder terminar su actividad de producción de leche el día 30 y que el 1 de octubre "alguien entre ahí a hacer tornillos con el personal que ahora se encarga de hacer leche". Todo ello, "sin transición" ni "compromiso de colaboración".

De hecho, ha acusado a Lactalis de "engañar" a los trabajadores a quienes, a su juicio, "involucró de alguna manera" para firmar el acuerdo social "dándoles la esperanza de que en un plazo de tres o cuatro meses iba a vender Lauki", pero en realidad no ha intentado hacerlo. Por ello, considera que la multinacional incumple el primer punto del acuerdo social.

Por todo ello, ha reiterado que la ciudad "responderá" y el Ayuntamiento "no se va a quedar cruzado de brazos", por lo que la empresa se irá de Valladolid "con un daño importante para su imagen reputacional".

En este sentido, ha añadido que lo que espera que suceda con un "gigante" como Lactalis sea un "aviso a navegantes" para que "quienes intenten esta clase de estrategias con las ciudades, con los países y con los trabajadores".

Así, ha censurado la política llevada a cabo por Lactalis de comprar empresas con la intención de acabar por cerrarlas, llevar la producción a otros centros que ya tienen y aumentar la cuota de mercado, que en el caso del grupo galo, ha afirmado, ya es del 40 por ciento en Europa. "Es un monstruo que pretende comerse a la competencia y llevarse por el camino muchas familias y mucha gente, así como la actividad industrial en las ciudades", ha criticado.