Sin duda, este factor fue determinante para que Francisco Campanón salvara su vida. A los 38 años le detectaron una enfermedad cardiaca por la que le practicaron un trasplante.

 

 

El estrés y el exceso de trabajo me provocaron una inflamación progresiva.

 

 

No. Había que esperar la situación adecuada. Aguanté 5 años y luego ingresé en La Fe. Estuve en coma 15 días. Dos más así, y no lo cuento.

 

 

Al día siguiente, me despertaron y me dijeron que iba a salir un avión a por él. Mientras, me llevaron al quirófano, me quitaron el mío y me quedé enganchado a una máquina hasta que me pusieron el nuevo.

 

 

¡Hambriento! Desperté dos días después y recuerdo que pedí algo de comida. Me dieron una manzana asada, que me encantan.

 

 

Relativamente. No puedo tomar el sol. Estoy jubilado y tomo muchas medicinas. La verdad es que le echo huevos para salir adelante, pero a cambio tengo a mi mujer y a mi hija gracias a los médicos, a los donantes y a sus familias.

 

 

45 años. Era administrativo de una gran empresa. A los 43 le trasplantaron el corazón. Ahora está jubilado.