El humor y los homenajes son dos características fundamentales de los premios Emmy estadounidenses, que reconocen cada año lo mejor de la televisión y que se rindieron, por segundo año consecutivo, al impresionante poderío y dominio de Juego de Tronos, la gran serie del momento que arrasó en la 68 edición de los premios más importantes de la pequeña pantalla con doce reconocimientos, incluido el de mejor serie dramática.

Además de los premios, los espectáculos, las entradas, el presentador (Jimmy Kimmel) y demás anécdotas dejaron muchos momentos divertidos.

El presentador llegó a la gala con no pocos problemas de por medio. En el sketch inicial se le veía montado en el coche con James Corden imitando su carpool karaoke, con la familia de Modern Family, con los actores de Veep y hasta a lomos de un dragón.

Y es que Juego de Tronos fue una referencia durante toda la ceremonia, tal como anunció Kimmel cuando dijo antes de comenzar a los asistentes "si no tienen un dragón en su serie ya pueden irse a casa".

El monólogo inicial de Kimmel giró en torno a las cosas que la televisión puede hacer, además de hacer algunas bromas sobre algunos de los presentes. "La televisión también nos puede separar. Si no fuera por ella, ¿Podría Donald Trump ser candidato? No, estaría en casa ahora mismo en silencio, frotándose contra su esposa Malaria, mientras ella se hacía la dormida". "La televisión nos puede hacer reír y llorar y en algunos episodios de GoT nos puede llevar a la masturbación", añadió.

No fue la única referencia al candidato a la presidencia por los republicanos. Julia Louis-Dreyfus, que se llevó a casa el premio a la mejor actriz protegonista de comedia, rompiendo el récord de victorias en esa categoría con un total de seis, aseguró que le gustaría disculparse por el clima político que ha creado Veep. Ha derribado el muro entre la comedia y la política. Nuestra serie comenzó como una sátira política, pero ahora es más como un documental". La actriz se comprometió a "reconstruir ese muro y hacer pagar a México para ello", en referencia a algunas declaraciones de Trump.

En un momento de la gala, Kimmel preguntó al patio de butacas si estaban hambrientos e hizo una conexión en directo con quien dijo ser su madre, que había "preparado 7.000 sándwiches de mantequilla de cacahuete y mermelada". Y fueron los actores de Stranger Things, Gaten Matarazzo, Millie Bobby Brown y Caleb McLaughlin los encargados de repartirlos, montados en sus bicicletas.  Si alguien tiene alergia al cacahuete coman el bocadillo bajo su propia responsabilidad, dijo Kimmel.

El propio Kimmel tuvo un poco de su medicina cuando el actor Matt Damon llegó al escenario para burlarse de Kimmel, que poco antes había perdido en la categoría de Mejor programa talk show, al que estaba nominado, frente a John Oliver. "Esto es tan humillante", dijo Damon, ignorando las peticiones de Kimmel para que se fuera del escenario y le dejara presentar. "Has perdido y ahora tienes que estar aquí el resto de la noche, cuando es probable que sólo quieras ir a casa a acurrucarte y llorar".