Jackson Grubb, un niño de 9 años de Virginia (EE UU) fue encontrado sin vida por su hermana en su habitación en un suicidio que aparentemente podría estar relacionado con sucesivos episodios de 'bullying' que sufría el menor, según informan los medios de comunicación.
La familia de Grubb ha denunciado que el menor era objeto de burlas constantes, y que el acoso no se ceñía al centro educativo en el que iba a tercero de básica, sino que los compañeros le insultaban también a las puertas de la caravana en la que vivía. Su entorno asegura que se burlaban de él porque era "un niño diferente".
El caso de este menor ha reabierto el debate en EE UU sobre cómo se consigue atajar el acoso escolar y como evitar que las víctimas, menores de edad, se quiten la vida. Los expertos recomiendan a las familias hablar a diario con sus hijos para detectar lo antes posible cualquier abuso.
El colegio del menor y la Policía local han declinado dar su versión de los hechos por tratarse de un menor de edad y de una muerte por suicidio.
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