De las asociaciones de jubilados de Barcelona. No son actores profesionales.

Se lo toman muy en serio.

Sí, claro. Sin embargo, los más empeñados en salir en la tele son los que peor lo hacen.

Explique de qué va su sección a alguien que nunca la haya visto…

La única forma de explicarlo es dándoles un vídeo. No tengo ni la más remota idea de hacerlo.

¿Cuántas veces le ha dado plantón a Sardá?

Como tres o cuatro.

¿Relación de amor-odio?

Demasiada confianza. Yo le digo que me voy, y él me dice «bueno». Yo le digo «oye, que vuelvo», y él responde «vale».

Hasta el día que se cabree...

Sé que le hago gracia.

Y usted ¿se hace gracia?

No, pero sé qué cosas de las que hago le divierten a la gente. Lo que no me gusta son los humoristas graciosos ni los que se divierten trabajando. Para divertirse, uno se va con los amigos a cenar.

Tiene pinta de serio.

Si en la sección me estuviera riendo, la cosa perdería toda la gracia, ¿no?

Ahora están de moda los monólogos.

Salvo los de Buenafuente, el resto me parecen horrorosos. Prefiero los chistes.

¿Le joroba escuchar que trabaja en un programa basura?

Soy muy tolerante con los prejuicios de los demás.

¿Y cuándo acabe Crónicas?

Algún inconsciente que cree que puedo hacer algo interesante.

Usted dirá...

¡Vaya! Siempre me ha jorobado oír eso de «no puede adelantar los proyectos»; y ahora me toca decirlo a mí. Mira que me sabe mal, ¿eh?

En tres palabras

Fanático: De la serie de dibujos Los Simpson.

Estudiante: De joven estudió relojería, «pero nunca supe arreglar un reloj». Un día a la semana recibe clases particulares de matemáticas. Otro día, de violón.

Imaginativo: Ha hecho guiones para Sardá, Quintero y Gemma Nierga.

Bio

Barcelonés del año 68. A los 18 años ya estaba en Radio Nacional, junto con Javier Sardá y el Sr. Casamajor.  Ha escrito el libro Morirse es una mierda (Aguilar).