Fue un artista y eso, además de su parte más personal, es lo que quiere mostrar la retrospectiva que de Jesús del Pozo ocupa la Sala Canal de Isabel II desde el 13 de septiembre. Su comisaria, Esperanza García Claver, que trabajó muy de cerca con el modisto, señala así el objetivo: "Esto era su sueño. Siempre quiso ese diálogo con el público para crear una emoción, un sentimiento. No el mismo que tienes al ver el desfile. Otro más pausado, más introspectivo…".

En la muestra accedemos al mundo de volúmenes, materiales raramente usados antes, referencias a su admirado Tàpies, a través de cincuenta piezas que él guardó en su casa cuidadosamente.

Hay de todo: desde los atuendos más escenográficos o los que sobresalen por la experimentación con los colores que le llevó a crear colores casi imposibles hasta creaciones que nos llevan al mundo marino. También hay espacio para las referencias que hizo a la historia de la moda española (el miriñaque) y en sus homenajes a sus diseñadores más queridos Balenciaga y Fortuny.

El artista, Jesús del Pozo (1946-2011), hijo de cesteros vivió desde niño muy de cerca el trabajo manual, y él jamás dejó de estar en su taller trabajando y experimentando con sus manos. Además de haber desfilado en las pasarelas más importantes del mundo creaba con auténtica pasión el vestuario para obras de teatro, ballet, cine y ópera. Su arte y su pasión tuvieron además del reconocimiento galardones como la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Él fue el primero en recibir este premio.

Una pasión que le vino pronto, el niño que miraba con estusiasmo a sus padres trabajar con materiales naturales supo ya que su futuro tendría que ver con las manos.

Unas manos que crearon verdaderas joyas como dos, especialmente relevantes y representativas, presentes en la muestra.

Una impresionante gabardina escalonada, realizada en algodón satinado de 1992-1993, de la que Esperanza ha reconocido: "Esta pieza marca un hito en su trayectoria. Habla de la arquitectura. Y, sobre todo del color negro porque, siempre decía, bromeando, que se encontraba en un punto medio entre el caballero castellano y el samuray".

La otra pieza, espectacular como pocas, y llamada 'vestido Movida Madrileña', está compuesta por un cuerpo de algodón con aplicaciones en cristal y metal y una falda en organza satinada. "Me fascina este cuerpo porque todas sus incrustaciones están realizadas con materiales de ferreterías.

No fue sólo un traje lo que le relacionó con la Movida, Jesús del Pozo vistió a muchos cantantes de rock como Miguel Ríos, Luz Casal o Tino Casal.

Un viaje al arte a través de prendas que van mucho más allá de tendencias o modas para rozar, tocar o directamente ser arte. En palabras de Esperanza: "Hay algo que resulta innegable: todas estas piezas de Jesús tienen alma. Y eso es lo que queremos transmitir. Que todo el venga hasta aquí se lleve con él un pedacito de su esencia. La esencia de un gran artista".