Según ha informado este viernes el Instituto Armado, la operación Torsos se inició a partir de una inspección administrativa de la Intervención de Armas y Explosivos en un establecimiento del citado municipio. En ella se detectaron varias irregularidades sin que el responsable diera explicaciones coherentes, culpando a un familiar que tiene problemas psíquicos de la falta de documentación.

Ante la sospecha de que se podría tratar de un posible delito de tráfico de armas, se hizo cargo de las pesquisas el Grupo de Información de Comandancia de Jaén, Unidad Especializada en la lucha contra el tráfico ilícito de armas, explosivos, material de defensa y doble uso.

Mediante vigilancias, pudo comprobar que el establecimiento estaba derivando armas de fuego y municiones de origen legal al mercado ilícito, por lo que se intensificaron las actividades operativas para poder determinar el lugar en el que podría estar ocultando/almacenando las armas que compra y vende a terceros y sin documentación que ampare su uso.

Posteriormente, los agentes registraron el establecimiento que regenta el detenido, de 57 años, y se intervino una pistola de calibre 6'35 que carece de marcas de punzonado y de fábrica así como una pistola de fogueo nueve milímetros y otra de aire comprimido. También se hicieron con dos escopetas calibre doce, un rifle cal 308, una caja con piezas para la reparación de armas de fuego, dos cañones escopeta recortados, un silenciador para fusil, cartuchería (caza, fogueo y blindada) y material informático que está siendo analizado.

Con esta operación, según ha añadido la Benemérita, se ha impedido que las armas y la munición incautadas llegaran al mercado negro, con las consecuencias imprevisibles y graves que ello puede traer consigo para la seguridad pública.

Esta intervención se enmarca en el Plan Integral de Control de Armas de Fuego (Picaf) de la Guardia Civil, cuerpo que a nivel nacional tiene encomendada en exclusiva la competencia sobre el control de las armas y explosivos, de modo que

ejerce un control exhaustivo y un seguimiento muy estrecho de cualquier tipo de conducta ilegal. El control no solo se centra en las armas, sino también en las personas que son autorizadas, por lo que se vigila conductas incompatibles con el uso de las armas o las circunstancias psicofísicas.