"La buena aceptación que ha tenido y la excelente climatología de estos días hace que la demanda sea todavía muy alta", ha indicado el edil, que ha detallado que la ocupación de este tramo de la playa del Brosquil ha sido notablemente elevada durante los meses de julio y agosto.

La afluencia máxima se ha dado durante los fines de semana, cuando se ha alcanzado un nivel de ocupación del 90 por ciento. Entre semana, la cifra ha oscilado entre el 60 y el 70 por ciento.

Tortajada considera que este primer año de prueba piloto "demuestra que esta playa era una demanda real de la ciudadanía" y ha destacado que el comportamiento de los usuarios ha sido "ejemplar".

Así, ha valorado "el respeto a las normas establecidas y el alto grado de civismo" demostrado por quienes han acudido, dado que "la convivencia ha sido muy buena y se ha mantenido la playa limpia y en perfecto estado".

Los dueños de mascotas procedían de diversas zonas, no sólo de la comarca de La Ribera, sino también de otras partes de la provincia y veraneantes de toda España.

Cullera se declaró hace un año ciudad 'pet friendly' y con iniciativas como la playa can se ha dotado al municipio de un nuevo atractivo turístico, que a su vez conlleva aparejados valores de respeto y promoción de los derechos de los animales.

La 'playa can' cuenta con fuentes para que los animales puedan beber e hidratarse y estacas que permiten tener atados a los perros cuando resulta necesario, entre otras facilidades.

Tortajada ha avanzado que el servicio seguirá prestándose el próximo año: "La experiencia de este verano nos sirve además para implementar mejoras y hacer que la

playa can alcance en poco tiempo la excelencia".