El regreso a la adolescencia

  • Hombres G reunieron en la sala La Riviera de Madrid a 2.500 personas.
  • Presentaron su nuevo disco "10" e hicieron un repaso nostálgico a algunos de sus grandes clásicos.
  • Carlos Jean les acompañó en "Me siento bien".
David Summers en un momento de su actuación en La Riviera
David Summers en un momento de su actuación en La Riviera
F. P.
David Summers en un momento de su actuación en La Riviera

Imaginemos una sesión de hipnosis regresiva. Imaginemos que poco a poco, suavemente, nos vamos trasladando a nuestra adolescencia, a la época en que el sueño de todo jovencito era vestir un polo con cocodrilo y lucir un espléndido corte de pelo brillante por efecto de la gomina; una época de hombreras para ellas y minifaldas vaqueras.

Eso es lo que ocurrió anoche en la madrileña sala La Riviera. Los hipnotizadores, Hombres G , los pacientes, 2.500 personas que llenaron el recinto de la rivera del Manzanares.

Poco después de las 21.30, la banda de David Summers compareció en el escenario para presentar su último disco, 10, cuyas canciones sonaron a lo largo de la velada. Comenzaron con el show (sobrio, pero brillante) con No puedo apartar mis manos de ti, Hombre real, Nunca más y la canción bandera del cd, Me siento bien, ésta última, con el acompañamiento de Carlos Jean.

Ahora los las camisa de Tommy Hilfiger han sustituido a los polos de Lacoste y los pelos engominados han dado paso a entradas y cartones vista. Ellas llevan ropa más ancha y gafas de pasta modernas. Y es que han pasado ya más de dos décadas, en las que la voz del líder del grupo ha madurado y el sonido de la banda ha ganado en matices, en brillantez, en perfiles.

Pero no importa el paso del tiempo. Sonó Nassau y todos volvieron a aquellos años en los que se hablaba de que en Sevilla habría una exposición universal y en Barcelona unos juegos olímpicos; unos años en los que en televisión triunfaba Jesús Hermida y sus mañanas y Miguel de la Cuadra ya andaba metido en su Aventura’92 (después Ruta Quetzal).

El calor subía a la vera del río, y todos se trasladaron a un baile universitario de estilo yanki cuando sonó (muy bien por cierto) Te quieroo. El chico que antaño renegaba de Hombres G, tararea ahora la canción mientras abraza con ternura a su chica.

No te escaparás, y Voy a pasármelo bien cerraron el programa oficial de canciones. Pero quedaba la traca final: Tras Temblando y Por qué no ser amigos llegó la explosión, y la voz templada de Summers se tornó de repente más nasal, y ñoña. Por fin nos asomamos a la adolescencia: Venezia, Marta y Sufre mamón. No podía ser de otra manera. El show acaba. Mañana no hay clase… Hay que ir a trabajar. Ya somos mayores.

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