Igual de blanco que si hubiera visto a un fantasma. Así se quedó Paco Gómez, propietario de un bar de la calle Duque de Mandas (Orriols), cuando el viernes 7 de septiembre se presentó la Policía en su local para denunciarle, según él, por no tener la licencia de apertura.
Sin embargo, por mucho que hubiera querido, no habría podido tenerla. En la zona donde está el bar, un juez anuló, a principios de este año, el plan urbanístico desarrollado de forma irregular por el Ayuntamiento. Entonces, quedaron suspendidas todas las licencias dadas por el Consistorio en esa zona. No obstante, volverán a tener validez cuando se vuelva a aprobar el plan de forma correcta, mañana mismo en el pleno.
Es más, el informe urbanístico del propio Ayuntamiento reclamado por el propietario tras la visita policial reconoce que «el proyecto (referido al bar) resulta compatible con el planeamiento en elaboración», es decir, con el plan que se aprobará mañana.
Por este motivo, Paco acudió el martes a los juzgados y denunció al Ayuntamiento. Se considera víctima de un agravio comparativo al haber cerrado sólo su local. El establecimiento ha recibido quejas vecinales por humos y olores, según admite Paco que, no obstante, insiste en que lo han denunciado «por no tener licencia» .
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