De hecho, desde el organismo de cuenca se advierte que nos encontramos en el segundo peor año hidrológico de los últimos diez, dado que "hasta ahora (desde octubre de 2015) se han recogido 147 litros por metro cuadrado"; una cifra bastante inferior a la media de los últimos cinco años, que supera los 200 l/m2, y la de los últimos 10 años, que alcanza los 254 l/m2.

En concreto, los pantanos de la cuenca del Segura están al 29% de capacidad en este momento, con 335 hectómetros cúbicos (hm3), 205 hm3 menos que el pasado año por las mismas fechas (540), un 47 por ciento.

También ha calificado de "malo" el año en lo que respecta al agua que entra a los embalses, ya que aunque no está en la lista de los diez peores de la historia, ocupa el puesto número 12. Hasta ahora, los embalses de la cuenca han recogido 220 hm3.

En este sentido, el organismo de cuenca recuerda que desde los años 90 "han tenido años muy malos respecto a aportaciones, peores incluso que el actual". "Los años de 1992 a 1995, 2001 a 2002 y 2006 a 2008 fueron más secos", reconoce.

Sin embargo, "lo que hace especialmente grave la situación actual es que coincide con la reducción en la llegada de recursos del trasvase Tajo-Segura y las perspectivas negativas para el próximo año hidrológico".

Por el acueducto está previsto que lleguen 188 hm3 hasta final del año hidrológico (octubre 2016), de los que casi 96 hm3 serán para riego y el resto para abastecimiento (consumo doméstico e industrial).

Si se tiene en cuenta que la media es de entre 200 a 300 hm3 para los regantes, "se entiende la gravedad de la situación general en la cuenca del Segura".

Hay que recordar que el Ministerio de Agricultura "ha puesto a disposición de los usuarios del acueducto unos 154 hm3 gracias al Decreto de Sequía, que todavía sigue en vigor. Estos recursos se han obtenido de la apertura de los pozos del Sinclinal de Calasparra, de la batería estratégica de la cuenca de la utilización de volúmenes laminados en episodios de lluvia, y el uso de recursos de desalinización de agua de mar no asignados y pozos de sequía".

Ante esta situación, la CHS prevé concluir el año hidrológico en "una mala situación y se iniciará por tanto también mal". El problema añadido es que "la relación entre lluvias y aportaciones no es inmediata, ya que lo normal es que cuando se producen años muy lluviosos el agua vaya llegando a los embalses poco a poco, a un año hidrológico lluvioso le sucede otro año con muchas aportaciones".

La situación, lamenta, "es justo la contraria si llueve poco", por lo que no espera que en el año 2016-2017 "haya muchas aportaciones si continúa este ritmo de lluvias".

La única medida que se puede tomar respecto a las ya puestas en marcha para lograr recursos extra para la cuenca del Segura es "la llegada de agua de otras cuencas mediante cesiones puntuales de derechos, principalmente de las cuenca del Tajo y del Júcar".

Por lo que respecta a las amenazas por la sequía, evidentemente el sector agrícola es el más expuesto a la escasez de agua. Concretamente, la agricultura de secano "sería la más amenazada, ya que dependen sólo del agua de lluvia".