Encuentran en Otero de Herreros (Segovia) fragmentos de cerámica que podrían adscribirse al mundo musulmán

  • La excavación arqueológica que se desarrolla en el Cerro de los Almadenes, en la localidad segoviana de Otero de Herreros, ha deparado como novedad este año el hallazgo de fragmentos de cerámica "que se podrían adscribir al mundo musulmán". Así lo ha indicado el director técnico de los trabajos que desarrolla la Sociedad Española de Historia de la Arqueología, Mariano Ayarzagüena.

Ayarzagüena ha recorrido el yacimiento este viernes, junto al delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Segovia, Javier López-Escobar; la jefa del Servicio Territorial de Cultura, Ruth Llorente: el arqueólogo de ese servicio, Luciano Municio; el alcalde de Otero de Herreros, Meinardo Sanz, y el presidente de la asociación de vecinos del municipio, Fernando de Pablos.

Durante esa visita, Mariano Ayarzagüena ha recordado que ese espacio de minas estaba ya en explotación "desde el Bronce medio" y existen restos también de la Edad del Hierro. Además, hace tres años se descubría una batería de hornos de época visigoda. El director técnico ha destacado que "no hay nada parecido en España" en cuanto a producción visigoda de cobre de esa época. A ello se unen los restos romanos.

La Sociedad Española de Historia de la Arqueología desarrolla un programa de investigación histórico-arqueológica en el Cerro de los Almadenes desde el año 2010, unos trabajos apoyados por la Junta de Castilla y León. El yacimiento presenta una extensión de 6,3 hectáreas, como han confirmado desde la Delegación Territorial.

Javier López-Escobar ha recalcado los "resultados magníficos" de esas labores y ha valorado los hornos de transformación, "posiblemente de origen tardorromano", y que "serían los primeros que se pueden encontrar en España de esta importancia. Según López-Escobar, los avances en el yacimiento permiten establecer la existencia de una explotación en el lugar desde el siglo I a.C. "o incluso en época visigoda anterior".

Se trata de una zona que no habría sido únicamente minera, sino que habría incluido "un asentamiento de trabajdores y de población, con estructura muy importante", según el delegado territorial, que ha situado la importancia del Cerro de los Almadenes al nivel de las minas de Riotinto (Huelva) o Tarragona.

EL PRIMER ESTUDIO, EN 1973

El primer estudio arqueológico de esta área de Otero de Herreros se realizó en 1973 por Claude Domergue, que vinculó el yacimiento a la explotación de la mina de cobre junto a la que se encontraba y lo situó en una cronología altoimperial romana, entre los siglos I a.C. y I d.C. En 1987, el lugar fue incluido en el Inventario de Yacimientos Arqueológicos de Castilla y León y fue objeto de revisiones y actualizaciones en 1996 y 2006.

Los trabajados desarrollados desde 2009 hasta ahora permiten disponer de dataciones absolutas para algunas de las zonas excavadas, ampliándose la horquilla temporal de utilización del yacimiento.

Aunque los restos arqueológicos más abundantes sugerían la explotación del lugar en época altoimperial romana, entre los siglos I a.C. y I d.C., los resultados del trabajo de la Sociedad Española de Historia de la Arqueología evidencian una ocupación de época prerromana en uno de los sectores del yacimiento, mientras que, en el otro extremo de la cronología, dos fechas obtenidas por termoluminiscencia sitúan en los siglos V y VI d.C. el momento de uso de cinco hornos de primera fundición, que estarían también en plena producción en época tardoantigua/altomedieval.

En la plataforma superior del cerro se han exhumado estructuras que se asocian a la zona habitacional del yacimiento en época romana, entre las que destaca la que los responsables de la excavación identifican como una cella vinaria. Esta zona de habitación se extendería por la ladera sur, aunque una buena parte de ella desapareció años atrás con la explotación de este sector del monte como cantera.

TRABAJOS CONTRA EL DETERIORO

El desmonte realizado por la cantera dejó al descubierto en el corte resultante una serie de muros y pisos de ocupación que corresponden a esa utilización en época romana. Al margen de los trabajos de excavación arqueológica, esta zona ha sido reforzada con un doble talud de contención para frenar el progresivo deterioro de la roca de base, que amenazaba a la estabilidad de los restos arqueológicos.

Los trabajos que se desarrollan este verano han comenzado el 11 de julio y finalizan el 12 de agosto. El objetivo es la documentación arqueológica del perímetro completo de la gran estructura en la que se lleva trabajando desde 2012, así como una aproximación a su configuración interna.

Para ello se ha planteado una limpieza superficial hasta alcanzar las cabezas de los muros, con la posterior documentación gráfica y planimétrica de todos los elementos constructivos y la identificación y delimitación de espacios interiores.

Asimismo, se pretende la definición espacial y funcional de esta área dentro del conjunto arqueológico para, una vez acotada, plantear su proceso de excavación arqueológica definitiva con la metodología más adecuada.

También se quiere documentar parte de las estructuras murarias visibles en superficie en la plataforma superior, en la teórica zona habitacional de época romana, con el fin de intentar acotar igualmente este espacio que parece encajar en la valoración que en su momento hizo el profesor Domergue sobre la estructuración interna del yacimiento.

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