Fue el propio propietario de la vivienda, que antes había pertenecido a un familiar, el que dio aviso a la Policía, después de hallar, mientras limpiaba el armario los dos artefactos.

Los policías del Tedax se personaron de forma inmediata en el domicilio para hacerse cargo de las granadas y evitar así cualquier riesgo sobrevenido. Una vez que el ciudadano señaló donde se encontraba este material explosivo, fue retirado e incautado por los policías actuantes con las medidas de seguridad oportunas.

Los agentes pudieron comprobar que se trata de dos granadas de mano de fabricación española, que tenían la carga completa (150 gramos de trilita cada una). Con los medios propios de la especialidad, y observando las medidas de autoprotección, procedieron al traslado de las mismas hasta las instalaciones policiales, y las dejaron en seguridad en el polvorín del grupo hasta que se proceda a su neutralización o desactivación.

Durante la intervención, de la que informa la Policía en una nota, no se produjo ningún tipo de daños personales o materiales.

De esta actuación se dio cuenta al Juzgado de Guardia de la capital mediante diligencias policiales.

La Policía recomienda a los ciudadanos que cuando encuentren este tipo de artefactos explosivos, no los toquen, no los muevan y avisen a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.