Detenido al intentar entrar en casa de su ex con hacha y piqueta

La Policía le arrestó por violar la orden de alejamiento. El agresor llevaba también un palo de hockey y un cortafríos.

Lo detuvieron por violar la orden que le obligaba a permanecer a no menos de medio kilómetro de su ex pareja, a la que maltrató durante su convivencia pero, si llegan más tarde, podríamos estar hablando de una nueva víctima de la violencia de género.

La Policía Local detuvo el domingo, hacia las nueve de la noche, a un hombre de 50 años cuando intentaba forzar el portal del domicilio de su antigua pareja, en la calle Guipúzcoa, con un hacha. Una llamada de teléfono de la mujer puso en alerta a la Policía gijonesa, que impidió la tragedia con su llegada al lugar de los hechos.

Y es que el detenido no sólo llevaba un hacha cuando fue arrestado. Cargaba también con un stick o palo de hockey, una piqueta y un cortafríos, materiales que evidencian sus intenciones para con su ex pareja.

Pelea en pareja

También el domingo, hacia las cinco de la tarde, agentes locales arrestaban a Julián P. G., de 25 años,  y a su ex pareja, Gloria María A. R., de 20 años. Los dos son vecinos de Gijón.

Ambos fueron llevados a dependencias policiales por sendos supuestos delitos de lesiones. Al parecer, la mujer había acudido al portal de la casa donde vive el hombre.

Una vez allí comenzó una discusión entre ambos. Ella le agredió de tal manera que llegó incluso a arrancarle una cadena de oro que llevaba en el cuello. El hombre repelió la agresión con fuerza, pero la emprendieron a golpes el uno contra el otro hasta el momento en el que llegaron los agentes de la autoridad. El enfrentamiento  de la ex pareja fue tan acalorado que tanto el hombre como la mujer precisaron asistencia médica por los golpes.

Atraco con un destornillador

La Policía detuvo el domingo a Ramón M. G., de 51 años de edad y vecino de Vega del Ciego, tras atracar supuestamente el hotel Marqués de San Esteban. El hombre utilizó para ello un destornillador de grandes dimensiones. El supuesto ladrón, que iba disfrazado con dos pañuelos de tela que ocultaban su rostro, exigió a la recepcionista que le entregara todo el dinero que había en la caja. Cuando fue arrestado y cacheado se le intervino el botín del golpe: 1.000 euros en efectivo.

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