Este regreso a los cursos de verano responde, para la presidenta de la Asociación Andaluza de Arteterapia y directora del seminario, Pilar Domínguez Toscano, a la importancia de dar más presencia a la arteterapia en España para lograr su regularización y llegar al nivel de presencia que tiene en otros países europeos.

"Un largo trecho que recorrer", según Domínguez, pero en el que hay bastante esperanza ya que la arteterapia está reconocida como disciplina científica por la Unión Europea y cada vez existe mayor interés en España ya que empiezan a haber formación a nivel de máster como el que se imparte en la Universidad de Vic.

El reconocimiento de la arteterapia en España llegará para la directora del curso "si se hace hincapié en la investigación". Para la también docente de la Universidad de Huelva, programas como los que se desarrollan en la cárcel de Huelva o en San Juan del Puerto con enfermos de Alzheimer son el camino "para difundir la eficacia de la arteterapia como ciencia rigurosa".

Por último, Pilar Gutíerrez ha puntualizado que el curso está centrado en la vertiente de autorrealización, por lo que se mostrará a los alumnos que a través de las expresiones artísticas se llega a un crecimiento personal y al fortalecimiento de las emociones, y se ha mostrado muy satisfecha de volver a contar con el psiquiatra francés Jean Pierre Klein, al que ha calificado como "el profesional más prestigioso en arteterapia".

Precisamente el propio Klein ha comparecido ante la prensa para profundizar en el concepto de arteterapia como un nueva significación donde generar nuevos signos lleva a la persona al desarrollo íntimo que le puede servir como terapia. Ejemplo de ello puede ser que un paciente traslade mediante la pintura, el teatro u otro tipo de arte la violencia sufrida sin que tenga que habar de ello ni revivir el trauma.

MANDALA COMO VIAJE AL INTERIOR

Uno de los artes que se presentan en el curso es el Mandala (del sánscrito, círculo), un arte hindú que a través de arena de colores se hace una composición artística que se inicia desde el centro hasta los extremos para luego deshacerlo. Una expresión artística que concibe la idea de partir un centro y de expandirse para volver a su origen, y que una vez deshecha se reparte porciones de arena a los participantes como amuleto y el resto se vierte al agua para que la energía del Mandala fluya y llegue al resto de la humanidad.

Para la artista y docente del curso, Cristina Pérez, un Mandala "es un viaje al centro del ser" que culmina en una realización personal al "hacerte sentir más yo y al ser presente de la creación artística".