El científico como empresario: "En España hay buena ciencia que puede generar empresas"

  • La transferencia tecnológica es el proceso de llevar la investigación académica al mercado creando nuevas empresas.
  • BeAble Capital es una gestora de fondos especializada en esa transferencia.
  • En este momento cuenta con un fondo de 32 millones de euros para invertir en ciencia “puntera” española de alta tecnología industrial.
Laboratorio. Científicos. Experimentos,
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BAYER
Laboratorio. Científicos. Experimentos,

En España se produce ciencia de alta calidad en áreas tecnológicas que son punteras y que podrían dar lugar a empresas con un alto valor internacional, según los creadores de la gestora de fondos BeAble Capital, que han lanzado un fondo de 32 millones de euros con los que están invirtiendo en convertir la investigación española en sectores de alta tecnología industrial en empresas. “En España hay muy buena ciencia, se desarrollan tecnologías punteras que se pueden convertir en empresas muy buenas”, asegura Almudena Trigo, una de las fundadoras de esta gestora de fondos especializada en nanotecnología, materiales avanzados, fotónica, micro y nanoelectrónica y biotecnología industrial.

Su objetivo es identificar ciencia y tecnología desarrollada en España y que tenga “potencial para convertirse en empresas altamente competitivas en un mercado global”.  En nuestro país, asegura, no faltan investigaciones que tengan ese potencial. “He sido investigadora en centros nacionales e internacionales y lo que se ve es que hay buena ciencia, pero no se traslada a la sociedad”, afirma Trigo, consejera delegada de BeAble, ingeniera de telecomunicaciones con dos másteres en la Universidad Autonóma y la Escuela de Organización Industrial, y con una larga experiencia en la investigación.

Transferencia de tecnología

Trigo y David López, cofundador de BeAble y responsable del área financiera del proyecto, lanzaron esta gestora en 2008 para realizar transferencia de tecnología: identificar investigación pionera y llevarla al mundo empresarial bajo un punto de vista industrial. A través de fondos propios consiguieron poner en marcha cuatro compañías: Xerolutions, ADParticles, AWSensors y Next-Tip.

Sin embargo, poner en marcha este tipo compañías tiene varias dificultades: requieren una gran cantidad de capital para poner en marcha algún tipo de planta preindustrial y tienen una seria dificultad a la hora de explicar el proceso a inversores. Para ello se incorporan Alberto Díaz y Roberto Ranera, que aportan el conocimiento legal en aspectos como las patentes industriales, y la experiencia en la gestión y captación de capital riesgo. “BeAble entiende las tecnologías, y busca que esa tecnología con estas características puede ir a un mercado que demanda este producto. La clave es para qué sirve la tecnología, eso es lo que queremos aportar”, explica Almudena Trigo.

El fondo lanzado por BeAble, denominado BeAble Innvierte KETs Fund FCR, ha logrado ya unos 32 millones de euros y tiene como tope alcanzar los 40; de los cuales la mayoría proceden del Fondo Europeo de Inversiones y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, además de las aportaciones de fondos familiares que han obtenido su capital en el sector industrial y entienden la inversión.

El Fondo Europeo de Inversiones ha identificado su propuesta como estratégica para uno de los objetivos de la Comisión Europea: la reindustrialización de Europa. “El Plan Juncker está intentando dedicar fondos a proyectos que puedan reindustrializar Europa. Cuando nosotros hablamos con el FEI nos dicen: ‘esto es lo que necesitamos’. Nos han dicho que somos el primer fondo de transferencia tecnológica industrial en el que invierten en Europa”, explica Roberto Ranera, con varias décadas a su espalda trabajando en capital riesgo.

Las inversiones de BeAble Capital suelen tener tres etapas con pasos bien marcados. En la primera, denominada de prueba concepto, comprueban si la tecnología puede dar lugar a un producto viable, y en ella se dedican entre 75.000 y 100.000 euros. La segunda trata de eliminar el riesgo del escalado, de pasar de la producción de gramos en un laboratorio a los kilos y toneladas necesarios para un proceso industrial; a la que se destinan unos 350.000 euros. En la tercera, ya con algunos clientes e incluso coninversores, se pone en marcha una planta preindustrial con una inversión de hasta 1,5 millones.

El fondo tiene una caducidad de diez años, en el que esperan realizar entre 25 y 30 pruebas concepto y contemplan una razonable tasa de fracasos, con el objetivo de tener al cabo de seis o siete años unas ocho empresas que puedan tener vida en el mercado. “La idea es que un 40% de las pruebas concepto no salgan bien, lo que intentamos es limitar el número de proyectos que salgan mal y el riesgo económico. Lo mismo puede ocurrir en la etapa de escalado. Así, has arriesgado 75.000 o 350.000 euros, pero no el millón y medio. Vamos marcando hitos a medida que se van cumpliendo fases, y en función de ello vamos liberando financiación”, detalla Ranera. En todas esas fases los científicos y centros de investigación mantienen una participación relevante en el accionariado de la empresa.

Tecnología avanzada de universidades españolas

La idea que está detrás de BeAble Capital es la formación de equipos que permitan sacar la tecnología avanzada que se hace en universidades y centros españoles. Esta ciencia en ocasiones no puede salir al meracdo porque es imposible que un científico pueda asumir todos los roles que requiere una compañía. Ahí es donde se integran ellos, ofreciendo la experiencia en captación de fondos, gestión empresarial o el apartado legal.

“Una empresa de tecnología industrial que sale de la ciencia normalmente sale de una persona muy buena a nivel científico, pero que es difícil que se líe la manta de la cabeza a emprender. En BeAble buscamos formar ese equipo capaz de sacar esa tecnología, que es muy buena y tiene este científico muy bueno, y convertirla en una empresa”, describe Almudena Trigo, que asegura que han tenido muy buena acogida en todo tipo de centros y universidades españoles, tanto públicos como privados.

Las inversiones hasta el momento de BeAble Capital han permitido crear cuatro compañías: Xerolutions, una empresa de materiales porosos en colaboración con el CSIC; AWSensors, una compañía de sensores de alta precisión nacida en la Universidad Politécnica de Valencia; ADParticles, que elabora cosméticos con una tecnología de nanopartículas para la protección de la piel, también en colaboración con el CSIC; y Next Tip otra empresa de nanotecnología elaborada junto al CSIC. Las cuatro tienen clientes, ventas y producción, aunque todavía no generan beneficios.

“De alguna manera, los científicos son empresarios, ya que un científico está resolviendo retos a nivel técnico. No es su labor, pero lo que falta es saber dónde se puede aplicar. Muchas veces sí que lo saben, pero otras veces no se dan cuenta que a lo mejor hay otro mercado que tiene unas necesidades que tus requisitos técnicos pueden cubrir. Ese es el trabajo que hacemos nosotros”, finaliza Almudena Trigo.

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