La muestra, bajo el título 'Bisontes en el MEH', se compone de una serie de animales naturalizados cedidos por la Fundación Romero Nieto-Museo Fauna Salvaje de Boñar (León), entre los que se encuentran tres bisontes, un zorro, un jabalí, un lobo, un corzo y una pareja de urogallos.

La instalación, presentada por el director científico del museo, Juan Luis Arsuaga, se completa con un panel gráfico y un audiovisual que complementan la información sobre las especies que muestra.

Este nuevo espacio complementa el paisaje interior del MEH en un entorno que recrea la evolución del ecosistema de la Sierra de Atapuerca a lo largo del último millón de años.

El bisonte europeo estuvo a punto de extinguirse, ya que a mediados del siglo XX quedaba una manada de doce ejemplares en el bosque polaco de 'Bialowieza', de la que finalmente se logró la reproducción de 4.000 ejemplares que hay en la actualidad en el mundo, de los que cinco se encuentran en la provincia de Burgos.

En estos momentos, a nueve kilómetros de la Sierra de Atapuerca, se desarrolla el proyecto 'Paleolítico Vivo', un parque pleistoceno con la presencia de bisontes, uros, caballos 'przewalskis' y tarpanes y que trata de recrear la fauna que un día vivió en este enclave burgalés.

Hace 12.000 años se terminó la Edad del Hielo, que en geología recibe el nombre de Pleistoceno, y comenzó el periodo actual, de clima mucho más benévolo.

El retroceso del enorme casquete que cubría gran parte del continente propició una expansión sin precedentes de los bosques, tanto los de acículas, como los de hoja plana caduca y los de hoja plana dura y perenne.

Las grandes praderas y estepas desaparecieron al llegar este nuevo periodo y con ellas se fueron las manadas de herbívoros y sus grandes depredadores, lo que favoreció que el bisonte se convirtiese en el rey de las nuevas masas arbóreas.