Tenía la voz de una mujer, no del hombre titular de la cuenta. Graham O'Brien fue durante unas horas un cliente sospechoso para el Halifax Bank, del que era cliente y al que llamó para obtener información sobre sus últimos movimientos.
Una llamada de O'Brien provocó, no sólo no disponer de la información requerida, sino que su cuenta quedase bloqueada y que él mismo tuviese que desplazarse hasta la sede central del banco, en Manchester para corroborar su identidad, según informó el Manchester Evening News.
El incidente no quedó ahí. O'Brien pasó por lo mismo cuatro días después y ahora el afectado asegura que su paciencia se ha agotado y ha anunciado acciones legales contra la entidad.
"Recibí una carta de mi agente de cuenta en la que me piden disculpas pero ya presenté una queja oficial y pretendo llevar esto hasta las últimas consecuencias", relató O'Brien
"Es ridículo que tras contestar a las preguntas de identificación la única manera de mantener a salvo una cuenta a través del telebanco' sea juzgando esto (la voz)", dijo O'Brien.
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