Se cumple este martes un año del incendio de Quesada con las miras puestas en la regeneración natural del terreno

  • JAÉN, 4 (EUROPA PRESS)
Estado en el que quedó la zona tras el incendio de Quesada
Estado en el que quedó la zona tras el incendio de Quesada
EUROPA PRESS/A.MIRANDA
Estado en el que quedó la zona tras el incendio de Quesada

Se cumple este martes un año del incendio declarado en el paraje conocido como la Cruz del Muchacho, en Quesada (Jaén) y que también afectó a los términos municipales de Huesa y Cabra del Santo Cristo con un balance final de más de 10.000 hectáreas afectadas situadas a las puertas del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. Y se llega además a este primer aniversario del trágico incendio ocasionado por una tormenta seca con la mirada puesta en la regeneración natural del terreno afectado por las llamas.

El delegado de Medio Ambiente, Juan Eugenio Ortega, ha señalado a Europa Press, que tras las actuaciones de emergencias llevadas a cabo sobre el terreno, ahora toca esperar a ver la regeneración natural del terreno y todo apunta a que "vamos por buen camino" porque las lluvias, sobre todo en primavera, han contribuido a que se empiecen a ver "los primeros brotes donde pensábamos que era difícil que pudiera crecer algo".

Habrá que ver cómo marcha esta regeneración natural antes de que se decida que repoblación y trabajos forestales hay que llevar a cabo y en qué lugares de este paraje estratégico que estaba considerado antes del fuego como el principal pulmón del sur de la provincia de Jaén para frenar el avance del desierto de Tabernas.

La primera fase para la recuperación y reforestación del área afectada comenzó a principios de octubre del año pasado y culminó en la primera semana de diciembre. Esta etapa inicial, con las medidas urgentes declaradas de emergencia, se centró en tres grandes aspectos como eran las acciones de corrección hidrológica, la construcción y mejora de infraestructuras ganaderas y la mejora y eliminación de la vegetación afectada.

En estas tareas, la Junta lleva invertidos en torno al millón de euros. Uno de los principales objetivos de la restauración llevada a cabo es la lucha contra la erosión y la pérdida de suelo, por lo que las principales actuaciones han estado dirigidas a la ejecución de diques de contención de diferentes dimensiones y tipología.

Otra prioridad ha sido el acondicionamiento de los terrenos dedicados a la ganadería, para lo que los técnicos han construido y acondicionado apriscos, depósitos de agua y abrevaderos, dado que en algunos casos ha sido necesaria la reubicación de explotaciones.

Por otra parte, se han abonado pequeñas superficies para mejorar la disponibilidad de alimento de la fauna, de lo que se verán beneficiados los cazadores y los ganaderos.

Las actuaciones para la eliminación de la vegetación afectada han consistido en la corta de pies quemados, así como en podas de saneamiento para la mejora de la masa vegetal parcialmente afectada. Estas acciones implican en muchos casos la trituración, astillado y distribución de residuos en el suelo, con lo que se crea una capa de protección.

En total, la Junta invertirá en la recuperación de esta zona más de dos millones de euros. De hecho, según Ortega, la Junta destinará a lo largo de este año otros 250.000 euros para la regeneración de la zona y otros 250.000 en 2017. La segunda fase de intervención en la zona comenzará entre septiembre y octubre. De hecho, en octubre, volverán efectivos del Infoca a seguir trabajando hasta diciembre en la regeneración de los terrenos afectados por las llamas.

También, ha actuado el Gobierno central que a través de la empresa pública Tragsa. De esta forma, se han realizado trabajos de restauración forestal y medioambiental con una inversión de 500.000 euros. El subdelegado del Gobierno, Juan Lillo, ha explicado que estas actuaciones han sido "fundamentales para la recuperación de los hábitats" y además han contado con mano de obra de la zona.

Los trabajos más relevantes han consistido en la mejora de las infraestructuras viarias (vías de acceso) en las que se han construido 4.200 metros cúbicos de escollera. En cuanto al tratamiento de la vegetación, se han cortado unos 50.000 pinos quemados que, en su mayoría, se han utilizado para la construcción de fajinas y albarradas destinadas a frenar la erosión del terreno.

Otra parte importante de los trabajos ha consistido en el desembosque a pie de pista forestal para su posterior aprovechamiento. Los residuos forestales procedentes del desramado de los pies apeados se han utilizado, en lo posible, en cárcavas y pequeños arroyos para frenar la escorrentía y el resto se han eliminado mediante quema y astillado.

MANTENIMIENTO DE ESFUERZOS

Los alcaldes de Quesada, Manuel Vallejo (PSOE), y de Huesa (PSOE), Ángel Padilla, han coincidido al calificar de "auténtica pesadilla" los días vividos con el incendio declarado el 5 de julio como consecuencia de una tormenta con carga eléctrica hasta que finalmente se dio por extinguido el 29 de julio.

Tanto Vallejo como Padilla se muestran satisfechos por la respuestas de las administraciones, pero insisten en que "es necesario que este apoyo se sostenga en el tiempo" para devolver a su esplendor inicial el terreno.

"Tienen que seguir invirtiendo en la regeneración de la zona como mínimo durante diez años", ha dicho a Europa Press, Ángel Padilla que ha recordado que la zona afectada por el fuego es "el último freno" al avance del desierto.

También Vallejo ha indicado en que la recuperación es una cuestión que "nos afecta a todos y en la que todas las administraciones deben ir de la mano" para "como mínimo devolver a la zona al estado más parecido al que había antes del incendio".

El delegado de Medio Ambiente también ha pedido al Gobierno central a que no limite su intervención al medio millón de euros que ha destinado porque "necesitamos que se siga comprometiendo con la zona y vamos todos de la mano".

Los alcaldes han recordado que la tragedia ha sido fundamentalmente medioambiental, pero también ha supuesto un revés para la economía de la zona. De hecho, más de 3.000 cabezas de ganado se quedaron sin pastos y se ha perdido todo lo relacionado con la caza.

Ayuntamientos como el de Quesada han condonado a los pastores el cien por cien de la cuota que les cobraban por pastar en los montes públicos, unos 14.000 euros que el Consistorio quesadeño ha dejado de ingresar.

"Hemos ayudado en lo que hemos podido desde los ayuntamientos y ahora solo nos queda esperar a que la naturaleza responda y lo haga de manera generosa para volver a recuperar lo que antes teníamos", ha dicho Vallejo.

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