En los resultados, consultados por Europa Press, se registra que más del 80 por ciento considera que al menos debería considerarse el doble de horas en la dirección de Trabajos de Fin de Grado, y más del 63 por ciento cree que al menos deberían considerarse 15 horas por cada seis créditos en la dirección de Trabajos de Fin de Máster.

El 92 por ciento de la muestra considera que deberían incluirse horas de deducción por coordinación de asignaturas con más de un grupo.

Casi el 90 por ciento de la muestra ve que deberían incluirse horas de deducción por responsabilidad en asignaturas extinguidas, mientras que el 94,3 por ciento de la muestra considera que deberían incluirse horas de deducción por pertenencia a tribunales de Trabajos de Fin de Grado y Máster.

Más del 75 por ciento considera que debería aplicarse un factor de corrección por docencia impartida a grupos de más de 50 estudiantes y deducción para los PDI mayores de 60 años. El 75,5 por ciento aboga por que la docencia asignada por asignatura se mantenga al menos tres cursos académicos, y el 53,3 por ciento de la muestra cree adecuado o muy adecuado que los docentes con responsabilidades especiales fuesen considerados en la elección de docencia en el PAP. Por último, la limitación de horarios es una buena o muy buena solución para la conciliación laboral-familiar para el 52 por ciento de los encuestados.

Sobre estas líneas principales se pretende ahora vertebrar una acción sindical para lograr consensuar en la Mesa de Negociación del PDI un documento que recoja la "verdadera sensibilidad" del profesorado sobre el tema de la dedicación académica.

Dicha mesa ya sentó las bases para la creación de una comisión de trabajo con la intención de evitar que cada año haya que negociar una nueva normativa transitoria de cara al próximo ejercicio.

Así, se trató una norma docente que, aunque rechazada por la mayor parte de la bancada sindical -con el único apoyo de CCOO, al incluir "flecos de buena voluntad" relacionados con descuentos en la carga del profesorado con sexenios y con la docencia bilingüe-, fue validada en el Consejo de Gobierno de la Hispalense.

El motivo del rechazo sindical fue que el texto no recogía la mayor parte de sus propuestas, siendo la principal reivindicación no atendida la de garantizar que ningún docente estará por encima de los 240 créditos (horas), puerta abierta tras el decreto ministerial que permitía hasta los 320, lo que, según las centrales sindicales -aunque en la US se registran pocos casos-, redunda en una peor calidad de la docencia.

Para ello, la solución, a juicio de los sindicatos, pasaría por un aumento de la dotación de plazas en aquellos departamentos más problemáticos o bien un reajuste de los mismos o de la propia plantilla.