La mujer y el hijo del guardia civil juzgado por malos tratos se mantienen en sus acusaciones

  • SANTANDER, 7 (EUROPA PRESS)

La mujer y el hijo del guardia civil que está siendo juzgado esta semana en la Audiencia Provincial de Cantabria por presuntos malos tratos hacia ambos se ratifican en sus acusaciones contra él y en los episodios de violencia que relataron durante el proceso.

Así lo ha confirmado tras la vista de este martes la letrada de la esposa, que ejerce la acusación particular, a los periodistas, que no han podido escuchar la declaración de la mujer y del menor puesto que ésta se ha celebrado a puerta cerrada y con el acusado, JL.M.C., tras un biombo para evitar el contacto visual.

Ya en audiencia pública y cuando se iba a comenzar con las declaraciones de varios de los testigos, el acusado solicitó a la Sala unos "minutos para recuperarse" tras escuchar a su hijo.

"Hace cinco años que he oído a mi hijo", dijo el acusado, cuya petición no fue atendida por la Sala en ese momento puesto que se inició de forma inmediata la ronda de testificales.

En la jornada de este martes, la segunda de las tres inicialmente previstas, han declarado como testigos una amiga de la esposa del acusado; un psicólogo que atendió al hijo; una guardia civil del pueblo de Huelva donde vivió el matrimonio en los casi dos últimos años de convivencia, que acabó en agosto de 2011, y un matrimonio que dejó dormir al acusado varios días en su casa en las semanas previas a la separación.

"DESDE QUE SE CASÓ NO ERA LA MISMA", DICE UNA AMIGA DE LA ESPOSA

La amiga de la mujer del acusado ha explicado, a preguntas de las partes, que no ha presencia ningún maltrato del acusado ni ella se lo ha referido, aunque sí vivió un episodio, en junio de 2010 en el pueblo de Huelva donde estaba destinado el acusado, en el que él la insultó delante de varias personas en una fiesta del colegio del niño, y también otro, ocurrido al día siguiente de este suceso, en el que el acusado arrebató las llaves del coche a su esposa y las tiró a unos arbustos porque ésta se negó a darle un beso.

A pesar de no haber visto ningún maltrato y ningún golpe en su amiga que le pudiera hacer sospechar, ha asegurado que "desde que se casó" ésta "no era la misma". "Estaba triste y apagada. Ella era jovial", ha dicho.

EL MENOR NARRÓ A UN PSICÓLOGO LOS MALOS TRATOS TRAS LA SEPARACIÓN

Por su parte, el psicólogo que atendió al niño del matrimonio ha explicado que éste acudió a su consulta en dos periodos distintos, el primero en 2008, a raíz de un problema en el colegio, y otra en octubre de 2011, aproximadamente dos meses y medio después de la separación de sus padres.

Ha apuntado que en el primer periodo, en 2008, el menor, que entonces tenía unos siete u ocho años, no le habló "para nada" de malos tratos en su casa y solo advirtió en él que estaba "muy inseguro" y que tenía "mucha ansiedad".

Sin embargo, ha relatado que ya cuando le atendió en 2011, a los dos meses y medio de la separación de sus padres, "desde el minuto cero" el niño le confesó que su padre le había pegado bofetones y patadas y que también había maltratado a su madre.

Según ha relatado este testigo, el menor le aseguró que el acusado era un "mal padre" y le confesó que "tenía mucho miedo" a que éste "les matase".

Además, el psicólogo ha explicado que el niño, que en esa época tenía ya 10 u 11 años, le dijo que su madre intentaba suavizarle los episodios de malos tratos hacia ella y le relató que, en alguna ocasión que el menor los presenciaba, éste le decía "que lo había soñado".

"Él dijo: no, eso lo he vivido", ha recordado el psicólogo, que ha afirmado que "el niño era consciente de todo lo que estaba ocurriendo" en su casa.

El psicólogo ha explicado que el menor estaba "totalmente bloqueado emocionalmente" y, según su diagnóstico, éste estaba sufriendo "desde hace tiempo malos tratos".

Cuestionado por la defensa del acusado acerca de si el estado del niño podía deberse al haber vivido un divorcio traumático, el psicólogo lo ha negado. "No, él en ningún momento habla del divorcio. Habla de los malos tratos", ha dicho.

Además, ha explicado que, tras escuchar el relato del niño sobre los malos tratos de los que había sido víctima supuestamente, habló con la madre y le aconsejó que denunciara los hechos, algo que ella hizo a los tres días.

A continuación, han declarado tres testigos por videoconferencia, el primero de ellos una mujer guardia civil que era compañera de trabajo y vecina del acusado y de la esposa, con la que mantenía una "buena relación", en los aproximadamente dos años que estuvieron en viviendo en el pueblo de Huelva.

UNA COMPAÑERA DE TRABAJO DEL ACUSADO DICE NO HABER OÍDO NI VISTO NADA

En su declaración, la guardia civil ha asegurado no haber oído ninguna discusión fuera de lo normal entre el matrimonio pese a que su domicilio linda con el suyo en la casa cuartel y tampoco haber presenciado malos tratos o haber visto alguna huella o rastros de éstos en el cuerpo de la mujer.

A preguntas de las partes acerca de si alguna vez la esposa le había contado que había sido víctima de malos tratos por parte de su marido, la testigo afirmó al principio que "nunca" se lo había dicho, si bien, posteriormente y tras reiteradas preguntas de las partes, ha reconocido que "le sonaba" que la mujer le dijo que "tiempo atrás", cuando vivían en Cantabria, había tenido "alguna mala experiencia" de ese tipo con su marido, pero no ya en Huelva.

"Son cinco años los que han pasado", se ha disculpado la guardia civil, que ha relatado también que, cuando el matrimonio regresó al pueblo de Huelva en agosto de 2011 tras pasar parte del verano en Cantabria, la mujer regresó "apagadilla" y al matrimonio "se le veía tenso" pero la esposa lo atribuyó al haber pasado parte del verano con su suegra con la que no tenía una buena relación.

Sin embargo, ha explicado que a los pocos días de regresar el matrimonio juntó a varios amigos que tenían en el pueblo de Huelva, entre ellas a ella, para comunicarles que se iban a divorciar. "Nos dijeron que no se llevaban bien y que se iban a divorciar", ha narrado.

EL ACUSADO DIJO A UNOS AMIGOS QUE TEMÍA "REPRESALIAS" POR LA SEPARACIÓN

A quien sí reveló el acusado que tenía "problemas con su mujer" y que "no estaba bien con ella" fue a un matrimonio que conoció en el pueblo de Huelva y que desde finales de julio de 2011 a comienzos de agosto de ese año le acogió en su casa durante varias días, normalmente de jueves a domingo.

Los integrantes de este matrimonio amigo del acusado han relatado que JL.M.C les dijo que se iba a separar de su esposa, a la que no llegaron a conocer, y les pidió quedarse en casa de ellos para evitar "mayores problemas" con su mujer y también porque "tenía miedo" a "represalias" de ésta por la separación o "cualquier cosa".

Además, han explicado que en la primera semana de agosto, la última que vivió junto el matrimonio, el acusado durmió en casa de ellos.

En relación a esas fechas se les ha preguntado en reiteradas ocasiones si el acusado durmió en casa de ellos la noche del 3 al 4 de agosto de 2011, en la que supuestamente se produjo la agresión sexual por parte de JL.M.C a su esposa. Sobre ese punto, el marido no ha podido precisar con exactitud si ese día concreto el acusado durmió en casa de ellos, si bien la mujer sí lo ha confirmado.

El juicio continuará este miércoles, 8 de junio, con la declaración del resto de testigos y está previsto que acabe este mismo día, una vez las partes presenten sus conclusiones

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