El mercado laboral de la ciudad está lleno de paradojas. Con una tasa de paro que alcanza el 16% (siete puntos más que la media nacional), en la ciudad hay puestos de trabajo que no llegan a ocuparse. Los propietarios de bares y restaurantes se quejan amargamente de la dificultad que tienen para encontrar camareros y cocineros. «Esta situación se ha convertido en un problema», asegura a 20 minutos el representante de la Asociación Provincial de Empresarios Hosteleros (Hostecor), Alberto Rosales.

Los sindicatos aluden a las, según ellos, malas condiciones de trabajo que hay en esta actividad con tanta importancia en la economía cordobesa. No en vano, el 60% de los contratos en este sector son eventuales, lo que incrementa la precariedad, según entienden desde CCOO y UGT.

La patronal lo ve de otra manera. Según datos aportados por Rosales, un aprendiz de camarero gana actualmente al mes una media de 1.100 euros, «lo que quiere decir que tenemos uno de los mejores convenios colectivos de España». Para los empresarios, la clave está en la formación. Desde Hostecor se reclama al Ayuntamiento que incremente el número de alumnos matriculados en la Escuela de Hostelería.

Resulta bastante extraño que en las oficinas del SAE de la capital haya registrados casi 6.100 desempleados que dicen estar dispuestos a trabajar en el sector hostelero y, sin embargo, los carteles de se busca camarero estén más presentes. Ante este panorama, las empresas acuden en mayor medida a la contratación de inmigrantes para cubrir las vacantes en sus establecimientos.