Estas máquinas, que ya se pudieron ver hasta 2010 en un centro expositivo de la calle Compañía, fueron donadas por su propietario 1989 a la Universidad de Salamanca (USAL), quien, tras un tiempo guardándolas en sus almacenes, ha encontrado el espacio "idóneo" para su exhibición.

Así lo han señalado los vicerrectores Ricardo Canal y Cristina Pita durante la presentación de esta nueva ubicación, en las galerías de la primera planta del colegio universitario.

La exposición muestra 144 relojes, todos menos uno -que no se ha podido incorporar por "cuestiones técnicas"-. De ellos, casi todos son "populares", adquiridos durante décadas y puestos a punto por su propietario, y son de distintos tipos, pues hay de mesa, de suelo y de pared.

Ahora, los interesados podrán verlos agrupados en 70 metros lineales de pared, la mitad de ellos en vitrinas creadas específicamente para darles cobijo en las condiciones idóneas también de seguridad.

El hijo del donante, Andrés Santiago, ha recordado cómo su padre iba adquiriendo estas piezas, muchas de ellas en rastrillos, y cómo las llevaba a casa y las arreglaba. Después, las iba colocando en el pasillo de su hogar, hasta que fueron "demasiadas" y cogió un local para poder dar cabida a todas.

Posteriormente, el propietario donó toda la colección a la Universidad de Salamanca, quien a su vez se la cedió al ayuntamiento en el año 2000 para su exhibición en la calle Compañía. Así hasta llegar de nuevo a la USAL en 2010 y ser ahora expuesta en su conjunto en el Colegio Arzobispo Fonseca.