«En las casetas no bebemos ni gota y la comida viene de casa»

Aquí todo el mundo está de fiesta y usted lo pasa trabajando, ¿cómo se lleva?
Es parte del trabajo, ya estamos acostumbrados. Nos da igual que sea de noche, que festivo. Es nuestra profesión, para lo bueno y para lo malo.

¿Cuáles son los principales problemas con los que suelen encontrarse?

Hay que estar pendiente de algunas peleas que pueden surgir, pero no son frecuentes porque la gente viene a divertirse. Siempre hay alguien que pierde los papeles… pero, bueno. También hay algún que otro robo y luego solemos atender a los niños que se han extraviado, les ayudamos a buscar a sus padres. Nada fuera de lo normal.

¿Dónde se pasa mejor la jornada laboral, en los carruseles o en las casas regionales?

Trabajo es trabajo, me da igual, pero se está más cómodo en los carruseles. El ambiente es diferente, más que nada porque no hay tanto alcohol de por medio.

¿Cuando surgen problemas cómo tienen que actuar?

Hay que dialogar y moderar los ánimos hasta controlar las situaciones. La fuerza es lo último y sólo si es imprescindible.

Rodeado de pinchos y cañas… alguno caerá.

Negativo. De servicio no tomamos ni gota de alcohol, pero es que la comida viene de casa y a las barras ni nos acercamos, para eso tenemos un espacio habilitado, donde comer y hacer algún descanso.

Bio

Tiene 47 años, de Cáceres, aunque  es palentino de adopción. Es uno de los que velan por la seguridad en la feria.

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