Cada mes se hacen españoles 1.000 extranjeros en la capital. El registro civil, en el número 66 de la calle Pradillo, organiza de lunes a jueves ceremonias colectivas donde los inmigrantes tienen que jurar lealtad a la Constitución y al Rey.

El incremento en las nacionalidades se explica por el aumento de la población  inmigrante, que en Madrid ya alcanza los 481.162 empadronados, el 15% de la población, según datos municipales hasta el 1 de enero. También se debe a los últimos procesos de regularización que se han puesto en marcha desde 2000, el último de los cuales culminó el 7 de mayo.

La mayoría de solicitantes son ciudadanos de Marruecos, Ecuador y Colombia, las colonias más numerosas en España. Peruanos, dominicanos y cubanos también están en la lista de los que más optan a la nacionalidad.

Yuni Rodríguez, un modelo cubano de 28 años, lo tiene claro: «He pedido la nacionalidad para tener los mismos derechos que los españoles y, sobre todo, para  viajar sin complicaciones».

Dos años de espera

La nacionalidad española se concede por residencia legal (dos años para países iberoamericanos y diez para otros) y a los extranjeros nacidos en territorio español, casados o viudos de un nacional y los sujetos a custodia o guarda de un español. También se concede a los refugiados. El proceso tarda dos años.

Aura Romero  27 años. Colombiana. «He pedido la nacionalidad sobre todo por mis hijos. Además, es una puerta que se abre, aunque tampoco supone demasiados beneficios».

Vitalicio de la Paz.  33 años. Dominicano. «Una vez perdí el trabajo por acudir a una cita para renovar los papeles. Ahora ya me puedo olvidar de las colas para la renovación».

Ana Milena Grisales 26 años. Colombiana. «Lo de la nacionalidad es más bien una cuestión práctica, sobre todo porque pienso quedarme, ahora que ha nacido mi hija».

Hans Angsiou 18 años. Filipino. «Nací en España pero mi madre no me inscribió en el registro. He pedido la nacionalidad porque es más fácil para trabajar y moverte».