La nueva autovía que comunica Ramala con Belén se encuentra dividida en su mediana por un alto muro de hormigón. Su función es la de separar los carriles por los que circulan los israelíes de los de los palestinos, según un artículo de Juan Miguel Muñoz publicado en el diario El País .

El rotativo asegura que con esta medida Israel pretende restringir "a su antojo" desplazamientos de los palestinos, ya que estos solo tendrían acceso mediante esta vía al norte y sur de Cisjordania -siempre sin cruzar asentamientos judíos-, pero nunca a Jerusalén.

Por su parte, la nueva carretera que todavía está en construcción, contaría con muchas más salidas para los ciudadanos israelíes y propiciará que estos viajen sin necesidad de atravesar territorios árabes.

Las autoridades hebreas aseguran que el proyecto obedece a razones de seguridad y que beneficia a los palestinos, quienes podrán circular por ellas sin obstáculos ni continuos controles de seguridad.

Por su parte, coordinadores de B'tselem, una de las ONG israelíes que trabajan en la zona consultadada por El País, tachan la obra de "irracional" y denuncian una obra cercana a un régimen de apartheid.