Según informa el Instituto Armado en una nota, existe un protocolo de colaboración entre Correos y la Guardia Civil en el que se recoge que cuando se descubra un paquete sospechoso, los funcionarios de Correos avisen inmediatamente a la Guardia Civil para que se hagan cargo de él.

Así, cuando los funcionarios de la oficina de Lanjarón detectaron que un paquete que iba dirigido a la ciudad alemana de Merzig pudiera contener sustancias estupefacientes, alertaron a la Guardia Civil y el equipo de Policía Judicial de Órgiva recogió el paquete sospechoso.

Los agentes trasladaron el paquete hasta el Juzgado de Órgiva y allí lo abrieron, comprobando que contenía dieciséis bolsas de plástico con más de trescientos gramos cada una de marihuana envasada al vacío.

La Guardia Civil averiguó que el paquete había sido enviado por un vecino de Cáñar y, tras localizarlo, lo detuvieron. Después de la detención, los agentes registraron la vivienda del detenido y encontraron la máquina empaquetadora al vacío y las bolsas que utilizaba para embolsar la droga, que coincidían con las halladas en el paquete intervenido.