La remodelación de la Via Laietana, el eterno tema pendiente de los gobiernos municipales barceloneses de los últimos 12 años, vuelve a quedarse en papel mojado.

Y es que la regidora de Ciutat Vella, Gala Pin, descarta ahora reformar durante este mandato  la calle, una de las principales arterias barcelonesas. Y lo hace a pesar de que hasta el momento había supeditado la remodelación a la disponibilidad presupuestaria; de que el Programa de Actuación del Distrito propone «revisar el proyecto existente» para transformar la vía; y de las recientes reclamaciones de vecinos, comerciantes y un centenar de entidades ciudadanas.

«Lo que sí queremos tener listo en este mandato son los estudios que nos permitan intervenir pero no podemos tener un compromiso más allá», afirma a 20minutos, y añade que «el proyecto» quedaría para el mandato siguiente.

«Se trata de calendarizar las actuaciones que hay que hacer, sobre todo si hablamos de grandes intervenciones como la de Via Laietana», apunta, y explica que ahora es prioritaria la reforma de La Rambla y el nuevo plan de usos de Ciutat Vella.

Una vez este se apruebe, en alrededor de un año, añade, se empezará a trabajar en un plan de movilidad del distrito, que es el que regirá la remodelación de la Via Laietana, «el gran eje de tráfico de Ciutat Vella».

Desde la Associació de Comerciants de la calle, que junto a otras 114 entidades ciudadanas ha presentado un manifiesto para reclamar la reforma de esta arteria, acogen con indignación la noticia de que los planes se posponen.

Consideran que son urgentes actuaciones para pacificar el tráfico en la via y conseguir así que esta deje de ser una barrera física entre el Gòtic y el Born.

«Gala Pin no tiene el rango suficiente para decir lo que ha dicho. Este es un tema de ciudad, no de distrito», sentencia el presidente de la Associació de Comerciants de Via Laietana, Xavier González, y asegura que se pronunciarán formalmente al respecto.

El manifiesto de las entidades exige, principalmente, que se elimine uno de los carriles de circulación de vehículos para ensanchar las aceras, lo que además de hacer más agradable el paseo, permitiría reducir la contaminación ambiental y acústica. «Los niveles de ruido están por encima de los permitidos por las ordenanzas y las aceras están totalmente colapsadas», apunta González.

También afirma que la reforma de la calle ayudaría a revitalizar el tejido comercial, que «se va degradando». «Se van tiendas buenas y se instalan otras de mala calidad, como por ejemplo las de souvenirs o los supermercados 24 horas», señala, y se pregunta «cómo va a ir la gente a comprar a un sitio donde no se puede ni caminar».

En este sentido, Pin explica que la idea es «poder intervenir en la tipología» de comercio en esta calle a través del futuro plan de usos del distrito de Ciutat Vella.

Los comerciantes, a diferencia de la mayoría de vecinos de Ciutat Vella y del gobierno municipal de Ada Colau, están en contra de regular el turismo en la Via Laietana. «En todos los lugares de éxito hay turistas», señala González, que los considera una «suerte».

Apunta, además, que la Via Laietana no tiene un «turismo chancletero». «Hay dos hoteles de cinco estrellas y cinco de cuatro», dice.