La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba ha acogido este jueves el juicio a un hombre que estaba acusado de un delito de agresión sexual, supuestamente cometido sobre una mujer en una casa de la capital cordobesa, si bien las partes han llegado a un acuerdo y el procesado ha aceptado una multa de 1.620 euros por la supuesta comisión de un delito de abuso sexual.

Al respecto, ha habido una conformidad, después de que inicialmente la Fiscalía solicitaba para él una pena de ocho años de prisión y una orden de alejamiento de siete años, si bien tras modificar las conclusiones, el hombre ha aceptado dicha pena, así como una orden de alejamiento de tres años y nueve meses.

Según recoge la calificación final del Ministerio Público, junto con la acusación y la defensa, a la que ha tenido acceso Europa Press, el procesado conoció a la mujer durante la celebración de las fiestas de las Cruces de Mayo de Córdoba en 2012 y los días siguientes se llamaron varias veces y se mandaron mensajes, en los que ambos quedaron en verse el día 15 de mayo.

De este modo, el acusado aparcó el coche cerca de su casa, al tiempo que le dijo a la mujer que había olvidado su cartera y que fuera a su casa que le iba a enseñar unas fotografías, algo a lo que ella accedió.

Así, se sentó en el salón de la vivienda y el varón le empezó a enseñar unos videos y fotografías, mientras que "comenzó a tocarle la pierna y el cuello" a la mujer, quien le dijo que "no lo hiciera", momento en el que ella se levantó del sofá y se dirigió al baño.

Sin embargo, él la abordó en el pasillo y la intentó besar, al tiempo que le hizo tocamientos, según se indica en la calificación, en la que se detalla que la mujer se opuso, de manera que el procesado se molestó.

Mientras, la mujer logró zafarse y salieron juntos a la calle, donde ella cogió un taxi y se marchó a su domicilio, tras lo cual denunció los hechos.

Como consecuencia de ello, la mujer ha sufrido un trastorno adaptativo de tipo ansioso depresivo, que tardó en estabilizarse 30 días, y le ha quedado como secuela un trastorno de ansiedad y depresión, así como trastornos neuróticos.