Una boda civil de 'raza'

  • Carmen (gitana) y Jordi (payo) fueron casados por el alcalde de Mazarrón Francisco Blaya.
  • Renunciaron a la tradición de casarse por la Iglesia Evangélica.
El alcalde de Mazarrón asiste a su primera boda civil gitana de Mazarrón.
El alcalde de Mazarrón asiste a su primera boda civil gitana de Mazarrón.
AGENCIAS
El alcalde de Mazarrón asiste a su primera boda civil gitana de Mazarrón.
Lluvia de peladillas y monedas, con cantos, jaleo y palmas. El tradicional festejo de las bodas gitanas se reeditó el pasado sábado en Mazarrón, pero con el
alcalde Francisco Blaya como maestro de ceremonia de la boda calé.

«Es algo anormal que un alcalde case a unos gitanos. La tradición establece que sea por la Iglesia evangélica y luego, por el juzgado», comenta Ana Díaz, mediadora de la Fundación Secretariado Gitano de Murcia.

Es algo anormal que un alcalde case a unos gitanos

A Carmen (gitana) y Jordi (payo) «les apetecía celebrar su boda de forma distinta y pensaron en el alcalde, con el que la familia mantiene una relación de amistad», explica Juan Amador, hermano de la novia. Y la boda gitana civil no incomodó al centenar de invitados que acudieron al jardín público La Purísima.

Carmen llegó en una limusina blanca. Con un vestido de siete metros de cola y a través de una alfombra de casi 40 metros de larga se dirigió al improvisado altar situado delante de la fuente donde se halla el monumento a La Purísima de Mazarrón. Allí le esperaba su novio y el alcalde de la ciudad, que reconoció que era la primera boda gitana que oficiaba.

No faltó el pañuelo

«Como manda la tradición, se enseñó el pañuelo de mi hija», explica la madre de la novia. Igual que los recién casados, fueron subidos a hombros por los familiares y amigos. «Celebrarlo en un jardín ha permitido a la gente del pueblo poder contemplar el espectáculo de un casamiento gitano», añade.

Desde la Fundación Secretariado Gitano se considera que «hay que mantener tradiciones como que la novia llegue virgen al matrimonio para no perder nuestra esencia como pueblo».

Como manda la tradición, se enseñó el pañuelo de mi hija

En la Región residen cerca de 20.000 gitanos y desde la creación de la fundación, en el 2000, se han realizado programas para atajar problemas como el importante absentismo escolar.

Lo que piensa Ana Díaz, mediadora de la Fundación Secretariado Gitano

¿Está cambiando el rito por el que se casan los gitanos?La mayoría lo hace por la Iglesia evangélica y luego, por el juzgado. Las parejas que no siguen este rito suele ser porque lo hacen sin el permiso de sus padres o porque ella no es virgen. No es normal un caso como el de Mazarrón, en el que no se dan estas circunstancias.

¿Cree que los jóvenes pueden hacer temblar la tradición? Creo que sí. Son las parejas jóvenes las que están adoptando comportamientos que se están imponiendo en la sociedad, como puede ser el casarse por el Ayuntamiento.

¿Considera que puede mejorar la integración de los gitanos? La integración se logra mejorando las condiciones de vida de los gitanos, no cambiando las tradiciones.

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