"Prefiero que me maten a seguir en mi casa"

  • Encarnación vive rodeada de cucarachas y animales domésticos.
  • El portal de su casa está lleno de hogueras.
  • La Junta dice que arreglará el edificio cuando todos los vecinos tengan contrato legal.

Encarnación Collantes ha perdido el miedo. «Prefiero que me maten por decir la verdad que seguir viviendo en mi casa». Esta mujer de 54 años consiguió hace 17 años una vivienda de alquiler bajo en la calle Merced Alta (barriada de Almanjáyar). «Al principio todos éramos gente trabajadora con pocos recursos, pero luego llegaron los trapicheos y los que no se fueron por miedo, los echaron las mafias», afirma.

El bloque de Encarnación no tiene luz y está lleno de cucarachas. «La gente -asegura- hace hogueras en el portal para cocinar sardinas, se orina en las escaleras, hay gallos y ni los Bomberos acuden cuando hay un incendio». Collantes es de los pocos vecinos de las 558 viviendas de la zona que tiene contrato y abona el alquiler. «Aquí nadie paga la electricidad o el agua y los pisos pasan de mano en mano».

Este edificio de Merced Alta forma parte del plan de rehabilitación de las 558 viviendas de alquiler de la Junta, pero «ni tan siquiera han aparecido los peritos -denuncia Encarnación-, así que si no van a hacer nada que me trasladen a otro lugar antes de que acaben conmigo».

El plan de rehabilitación de esta zona tiene varias fases. La primera es identificar a los inquilinos de las viviendas (proceso que ya ha finalizado) y darles la posibilidad de regularizar su situación (comienza este mes). «Los que no cumplan los requisitos serán desalojados», afirma José Luis Sánchez, director técnico del plan. Después se marcará un calendario de actuaciones y comenzarán las obras.

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