El Heliogàbal respira tranquilo desde que este lunes el Institut de Cultura anunció la modificación de la normativa sobre la música en vivo a Barcelona. El mítico establecimiento del barrio de Gracia reanudará su actividad musical a partir de abril gracias a la nueva circular que permitirá realizar música en directo a espacios con licencia de bar, restaurante y cafetería.

El Heliogàbal funciona con licencia de bar-cafetería desde el año 1995 y, desde 2003 pedían que se regularizase la situación. "Es la primera vez que algo así se hace efectivo. Estamos muy contentos con la actuación del Ajuntament", comenta el director adjunto, Miquel Cabal, que añade que desde hoy mismo se pondrán a trabajar para adscribirse a la nueva normativa y poder volver a programar conciertos.

Hacía tres meses que el Heliogàbal ya no programaba conciertos, a pesar de haber cumplido siempre con la normativa acústica dentro del local. El pasado mes de diciembre, coincidiendo con la Navidad, la Guardia Urbana les multó hasta cuatro veces, llegando a alcanzar la cifra de 17.600 euros. Cabal no lo ve como una persecución de su actividad musical: "Las multas vinieron motivadas por las denuncias de un vecino que se quejaba del ruido que venía de la calle".

Desde el Heliogàbal se quiere luchar contra la percepción generalizada de que la música en directo causa molestias porqué, según la opinión del director adjunto, los problemas derivan de la actividad que puede tener cualquier bar, como los clientes que salen fuera a fumar e impiden descansar a los vecinos.

Mediados de abril es la fecha límite planteada desde el establecimiento para reanudar la actividad musical, dando prioridad a los grupos cuya actuación fue cancelada en estos últimos tres meses. Antes, se quiere hacer un estudio del impacto acústico y mejorar la seguridad del local con una rampa de acceso y una salida de emergencia, acogiéndose a la nueva subvención de 400.000 euros que ofrecerá el Ajuntament.

La buena noticia para el Heliogàbal es que no se ubica en una zona sobresaturada ni es contiguo a un dormitorio, con lo cual la nueva circular permitirá hasta un máximo de 45 decibelios antes de las 11 de la noche y de 40 después de esa hora.

Miquel Cabal también ha anunciado un concierto el próximo 5 de mayo, los beneficios del cual se destinarán a pagar las multas y parte de las intervenciones que deberán hacerse para acondicionar el local. En el escenario de Razzmatazz, que se ha ofrecido gratuitamente, se reunirán Mishima, Za! y Pony Bravo compartiendo el lema "Pagar la multa".

Las entradas tendrán un precio de salida de 15 euros, aunque quien quiera podrá contribuir aportando algo más. También se abrirá una "fila cero" para toda la gente que no pueda ir al concierto pero quiera colaborar. De momento, se desconoce cuándo se pondrán las entradas a la venta, que se quieren gestionar desde el mismo Heliogàbal a través de un nuevo sistema digital sin intermediarios ni sobrecargos.

A pesar de que, el Heliogàbal cumple con la normativa acústica vigente y no organiza conciertos después de las 11 de la noche, los vecinos se quejan de los ruidos que generan los clientes en la calle a altas horas de la noche.

Concepción Delgado vive justo delante del establecimiento y ha tenido que llamar unas cuantas veces a la Guardia Urbana: "El dormitorio de mi madre da justo a la puerta del bar y el ruido muchas veces es insufrible". Concepción cree que la culpa es de la Ley Antitabaco que obliga a los fumadores a salir a la calle, donde ella misma ha tenido que bajar alguna vez a pedir a los clientes que salían del Heliogàbal que no hiciesen tanto ruido.

El establecimiento ha sobrepasado el aforo máximo permitido de 39 personas, especialmente los días de concierto, en los que se han llegado a concentrar hasta 100 personas. "Es habitual que esto pase porque la licencia de cafetería contempla mesas y sillas que ocupan mucho espacio", comenta uno de los programadores del local, Sergi Egea.

En el Heliogàbal no hay mesas, cosa que facilita que se sobrepase el aforo máximo los días en los que hay conciertos. Para minimizar el ruido de los clientes cuando salen a fumar se contrató personal de seguridad pero el pago de las multas obligó a despedir a parte de la plantilla. Según el director adjunto, Miquel Cabal, el tema del aforo se gestionará desde el distrito para ver si, al menos, se puede ampliar durante los días de concierto.