De colgar vídeos sí se puede vivir: emprendedoras españolas que son 'youtubers'

  • Cada vez son más las mujeres que comienzan a despuntar como 'youtubers'.
  • Andrea Compton, Yellow Mellow y Bolli son un buen ejemplo.
  • La manera básica de monetizar los videos en YouTube es con AdSense.
  • Otra forma es usar con redes como FullScreen y MiTu, que colocan publicidad.
Bolli, su nombre real se queda en el offline, tiene 26 años y acento conejero. Su canal de YouTube, Todo El Monte Es Orgasmo, tiene sexo, drogas y rock and roll.
Bolli, su nombre real se queda en el offline, tiene 26 años y acento conejero. Su canal de YouTube, Todo El Monte Es Orgasmo, tiene sexo, drogas y rock and roll.
GONZOO
Bolli, su nombre real se queda en el offline, tiene 26 años y acento conejero. Su canal de YouTube, Todo El Monte Es Orgasmo, tiene sexo, drogas y rock and roll.

Las nuevas generaciones han encontrado en YouTube un nuevo canal para expresarse. Antes, los niños soñaban con ser Messi o Cristiano Ronaldo y las niñas querían ser artistas. Hoy, los ya conocidos como nativos digitales, quieren parecerse a El Rubius o a Andrea Compton. Poco a poco, chicas como Yellow Mellow, Andrea Compton, o Bolli, mujer tras el canal de Todo el Monte es Orgasmo, comienzan a irrumpir entre los youtubers más influyentes de habla hispana. El encuentro de las diez youtubers más importantes de España, ha servido para mostrar y dar visibilidad a las mujeres que han tomado el canal.

La manera más básica de empezar a monetizar los videos en YouTube es a través de la herramienta de Google, AdSense. Mediante esta plataforma multitud de compañías pagan para colocar su publicidad en sitios web. Otra forma de sacar partida de los videos es trabajar con netwoks (redes) parecidas a la de YouTube. Estas, se encargan de colocar publicidad con una mejor calidad, en términos generales. Algunas de las más conocidas son FullScreen y MiTu. Y obviamente, la opción más rentable y clara es ser imagen de alguna marca. De igual modo, una vez se haya pasado la barrera psicológica de los 100.000 suscriptores, probablemente ya se puede vivir de ello.

Yellow Mellow, youtuber con más de un millón de suscriptores, cuenta que a día de hoy es su profesión, a pesar de que para ella todo es "temporal". Bolli, que tiene un canal enfocado a temas LGTB (lesbianas, gais, bisexuales y personas transgénero) y con contenido erótico, habla también de profesión pero no al 100%. Prefiere pensar que es más un entretenimiento, por lo que en el momento que se empiece a desgastar, tiene claro que lo va a dejar. "Llevo cinco años viviendo de YouTube, y lo digo con la boca muy llena", apunta.

El binomio youtubers y marcas se ha convertido en una ecuación difícilmente separable. A pesar de que cada parte entienda esta sinergia de forma diferente. Para Bolli, el problema es que las marcas ven YouTube como un escaparate. Las empresas, dice, tienen que "aprender que mediante este canal hay que contar experiencia y no vender un producto". Pero no duda en afirmar que es "genial" cuando la simbiosis es buena: "Si tengo una buena idea pero no dinero para llevarla a cabo, una determinada marca puede ayudar".

Andrea Compton es viner de cuna –Vine es una aplicación que permite hacer vídeos de seis segundos–. Ella se considera una emprendedora. Antes de entrar en YouTube, Compton comenzó con una revista online. Tenía claro que con eso no iba a ganar dinero, pero sabía que tenía que hacer algo. La chica de los unboxings de Barbies anima a todo aquel que quiera emprender y pone de ejemplo a una de sus amigas que tiene un canal legal jurídico. "Los emprendedores necesitan emprender y dejarse de excusas" sentencia.

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