Track Dogs: "Es probable que estemos dentro del reproductor de música del Rey"

  • El grupo Track Dogs lanza su nuevo disco, 'Serenity Sessions', cercano a la tradición de la música americana.
  • Tocan este viernes en la sala El Junco (Madrid).
  • "No iríamos al festival de Eurovisión como grupo, nadie en la industria lo respeta".
El grupo Track Dogs lanza su nuevo disco, 'Serenity Sessions' y toca en El Junco (Madrid), este viernes 26 de febrero.
El grupo Track Dogs lanza su nuevo disco, 'Serenity Sessions' y toca en El Junco (Madrid), este viernes 26 de febrero.
JORGE PARÍS
El grupo Track Dogs lanza su nuevo disco, 'Serenity Sessions' y toca en El Junco (Madrid), este viernes 26 de febrero.

Décadas de carrera musical alaban a cada uno de los cuatro componentes que forman Track Dogs, una banda fruto de la casualidad del destino, que hizo que dos irlandeses, un americano y un inglés se encontraran en Madrid. Su suerte de música tradicional americana, que hunde sus raíces en el folk irlandés y el bluegrass de principios de siglo, hace imposible no movernos en la pista de baile al ritmo de sus canciones.

Ahora publican Serenity Sessions, que presentan este viernes 26 en la sala El Junco de Madrid (pl. de Santa Bárbara, 10), autoproducido por ellos mismos y que triunfa entre los angloparlantes de medio mundo. Hablamos con Garrett Wall (el cantante de la banda), mientras los demás componentes van llegando para unirse a una conversación sobre giras, política e incluso el Rey:

Vuestro nombre tiene que ver con los trabajadores del metro de Nueva York. ¿En qué os parecéis?

Bueno, fue porque antes nos llamábamos con mi nombre, Garrett Wall Band, pero estaba harto de estar relacionado como cantautor, así que nos lo cambiamos. El término viene de unos equipos pequeños de trabajadores, que se cuidan entre ellos y se comunican para avisarse de cuando viene el tren…

Un trabajo arriesgado, casi tanto como hacer bluegrass en 2016.

Sí, tanto como cualquier banda. También que seamos cuatro guiris nos hace estar más unidos por ser expatriados viviendo aquí. El término también expresa que trabajamos como perros tocando aquí y allá para poder vivir.

Vuestra música suena a carretera, a gira interminable.

La tradición americana, el estilo On the Road. Nos dicen que nuestra música suena bien en el coche [risas].

¿Por qué elegisteis Madrid como centro de operaciones?

Nuestra vida está en Madrid, nos conocimos aquí todos. El otro irlandés de la banda vivía a 10 minutos de mí en Dublín, pero no le conocí hasta que llegamos a España.

Tenéis muchos más conciertos en Irlanda e Inglaterra que aquí.

Sí, siempre hemos ido a Irlanda, pero también hemos actuado mucho en España. De hecho, un año intentamos tocar en las 52 provincias y casi llegamos (hicimos 40), nos quemamos un poco [risas]. Ahora tocamos en los conciertos donde el público nos recibe mejor, por ejemplo en centros culturales, ayuntamientos, ciertas salas de Zaragoza, Galicia, Ceuta…

Irlanda tiene una tradición musical que no tenemos en este país ¿verdad?

Tiene ventajas y desventajas. Es un trabajo duro ser músico en bares, no pagan bien e Irlanda está saturada, aunque el nivel de talento allí es increíble, no hay casi hueco.

Gracias a internet esta tradición se ha exportado.

Si, está mucho más que antes, hace poco toco Glen Hansard en Madrid y es el cantautor más conocido, pero hay muchos más no descubiertos. Lo que hemos visto nosotros es que vas a un bar de Irlanda y tocas, pero están acostumbrados a oír música y no te hacen caso. Si no pagan por ver el concierto o son fans, no escuchan. Ahora llevamos cinco semanas en el playlist nacional  de Irlanda y ni siquiera estamos ahí.

Benditas redes sociales…

Sí, puedes estar arrasando en un país y que no te conozcan aquí.

Se ha exportado la música americana y el bluegrass a los festivales gracias a grupos como Munford and Sons. ¿Os ha beneficiado?

Es curioso porque el elemento bluegrass con banjo es nuevo para nosotros, empezamos más folk y ahora somos más country. Lo interesante es encajar donde puedes encajar. Por eso vamos a Inglaterra, porque hay muchos festivales folk, aunque no somos de ningún estilo puro.

En el disco se muestra esa fusión con vuestra canción Bon Scott (he rocked), un tema dedicado al primer cantante de AC /DC, los reyes del rock. ¿Cómo se os ocurrió?

Fuimos a tocar a Estepona en un bar de rock, y es un sitio con buen público, aunque no fuera con su estilo. Tenemos el espíritu de los roqueros, muchos heavies nos dicen: ¡No suelo escuchar este tipo de música pero me encantáis! [risas]. Después de ese concierto pusieron el tema It’s a long way to the top if you wanna rock and roll, de AC/DC, y empecé a escribir la letra. Redescubrí hace poco tiempo esas notas y la terminé de componer. Esa es la magia, de una idea hacer una canción.

Vuestro último sencillo es en colaboración con El Twanguero, un artista que abandera la fusión musical… ¿Esa marca España os influencia?

Sí, por supuesto. Uno de nuestros componentes ha estudiado flamenco y música folk española como la asturiana y se nota en nuestros temas. En España pasa que no hay un estilo en concreto. Tocamos en bandas de soul, de funk

Habéis hecho de todo, incluso jingles para publicidad.

Sí, me piden hacer lo que sea. Es curioso, la gente me dice que les suena mi voz de los anuncios…

Os falta ir a Eurovisión…

También fui, ¡hemos hecho de todo! (risas) Estuve como corista para Irlanda en el 92 y el 93, y ganamos las dos veces el festival. Gracias a eso grabé mi primer disco con la gente que conocí.

¿Y cómo grupo iríais si os lo propusieran?

Yo creo que no. El problema es que Eurovisión no ayuda a nadie. Es un programa de entretenimiento, pero como grupo es lo peor que puedes hacer. Nadie en la industria lo respeta. Puedes ganar un poco y que suene tu tema en la radio, pero intentar volver después de eso es muy difícil. Conocemos más gente que ha triunfado yendo y no ganando, sin que nadie se acordase de ellos.

¿Es difícil moveros en vuestro estilo en un circuito comercial que prima otros muy diferentes?

Es muy difícil aquí, por ejemplo, en la radio, solo podemos salir en un par de vez en cuando. Es limitado también cantando en inglés, es un circuito cada vez más reducido. Por eso miramos más al extranjero, es nuestro mercado.

También estuviste tocando en un mítin de Podemos hace un año. ¿Qué opináis de la relación entre política y música?

Sí, con nuestra otra banda. Vemos esa relación un poco incómoda, no nos gusta mucho mezclar.  No sigo la política suficiente, solo vemos corrupción y pasamos, esto fue una excepción. Siendo un partido político de la gente de la calle, había una conexión más fácil. En Irlanda el sistema político también es muy extraño…

¿Veis a algún político de aquí que pudiera teneros en su reproductor de música?

[Risas] Seguramente es más probable que esté dentro del reproductor del Rey. Tiene más experiencia con la música de Estados Unidos. ¡Robbie [batería y banjo] les pasó un disco de los Track Dogs! Estamos esperando la invitación para tocar en la Zarzuela.

¿Cómo venderíais Track Dogs a un grupo de jóvenes que no suela escuchar vuestro tipo de música?

Que vengan al directo, a todo el mundo le gusta si están dispuestos a verlo. Con los medios es muy difícil competir, tendría que haber más apoyo. Tenemos fans de 15 a 70 años, la gente dice que les encantamos en directo. Si están abiertos a escuchar todo tipo de música les gustará.

¿Qué música escuchan vuestros hijos?

Howard [trompetista]: ¡Track Dogs! [risas].

Garrett: El mío tiene 3 años y no me pide suficiente música, solo quiere ver Peppa Pig…

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