Todavía no habían sonado las 17.00 horas cuando el cuerpo de Ismael Ahmed Ahmed abandonaba su casa camino de la mezquita de Sidi Embarek rodeado tan solo de hombres como marca la tradición musulmana; el dolor de las mujeres no sale de las cuatro paredes del hogar.
Tras el tercer rezo del día, el cuerpo era trasladado hasta el cementerio arropado por las oraciones tradicionales entonadas por el séquito al que se sumaron muchos compañeros de acuartelamiento del joven soldado.
Las autoridades tampoco quisieron dejar sola a la familia y representantes tanto de la Ciudad Autónoma como de la Delegación del Gobierno acudieron al sepelio.
El presidente de la barriada Príncipe Alfonso, donde residía el joven, Laarbi Mohamed, tuvo un recuerdo emotivo para Ismael del que dijo que "tanto él como su familia eran muy queridos en la zona. No hay más que ver la gente que ha venido y la solidaridad mostrada por el Ejército en general que han arropado a la familia; muchos de sus compañeros han llorado lágrimas de sangre por este chaval. Ha sido una lástima".
El cuerpo de Ismael descansa desde el pasado sábado en el cementerio de Sidi Embarek.
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