La edil destacó que, aunque se continuará trabajando para mantener la población actual de esas aves, el riesgo de superpoblación existe y se ve beneficiado por el modo de vida de la ciudad, donde encuentran "con facilidad cobijo, alimento y agua", indicó en un comunicado.

Las actuaciones que se desarrollarán son, en primer lugar, el trampeo sistemático y continuo de ejemplares mediante redes y capturaderos móviles en los puntos de la ciudad en los que se detecte una superpoblación, así como detectar edificios abandonados, desocupados o deteriorados que alojan palomas y localizar a sus propietarios para informarles de las medidas necesarias para evitar los nidos.

Otra de las técnicas empleadas en el programa de seguimiento de palomas es el censado y el marcado con anilla de membrete del Ministerio del Medio Ambiente y franjas alares, autorizado por el Centro de Migración de Aves, con el fin de conocer mejor la forma de vida y hábitos de las palomas en la ciudad, a través de datos como la tasa de crecimiento de la población, mortalidad, longevidad y movimientos, entre otros.

Bernal recalcó la importancia de concienciar a los ciudadanos de que no alimenten a las palomas, porque "no lo necesitan al obtener mucho alimento en la ciudad y porque las consecuencias son nefastas para el resto de los ciudadanos, la conservación del patrimonio y la sanidad ambiental".

Para evitar todo ello, a principios de otoño y en coordinación con la Federación de Asociaciones de Vecinos, el Ayuntamiento de Valencia editará un tríptico informativo en el que se indicará cómo los ciudadanos pueden contribuir a evitar y corregir problemas con las palomas.

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